El mes de agosto arranca con playas abarrotadas y altas temperaturas en la costa de Mallorca. Cada vez son más los turistas que eligen la Isla como destino vacacional para disfrutar de unos calurosos días de vacaciones. De hecho, la zona de Calvià es uno de los parajes más visitados por la población británica. Por esto nos hemos acercado a la playa de Palmanova para hablar con ellos acerca de su experiencia en sa Roqueta.
La playa de Palmanova se extendía estos días a lo largo de una nube de turistas que tomaban el sol y se bañaban en las aguas del Mediterráneo. A su vez, un ambiente familiar inundaba la localización, dónde se veía a personas de todas las edades. Dominaba la población británica sobre la local, aunque también encontramos suizos, franceses y una cantidad generosa de españoles.
Mari Carmen y María Antonia, recién llegadas a la Isla, son dos amigas de Extremadura que se preparaban ya para volver tras una semana de vacaciones. En el caso de Mari Carmen, repite por segunda vez destino vacacional, después de viajar a Mallorca en mayo para visitar a su hijo, quien trabaja aquí durante los meses de verano. Por su parte, para María Antonia era su primera vez en la Isla y ha quedado fascinada con el ambiente en bares y la hospitalidad de los mallorquines: «El personal de hostelería es muy agradable. Estamos muy a gusto». Entre otras actividades, pudieron disfrutar de un paseo en barco por alguna de las calas más bonitas de la costa. Además, pasaron un día en el casco antiguo de Ciutat.
Por otro lado, Steve y Sienna son padre e hija y llevan viniendo a Mallorca doce veranos seguidos. «Los trabajadores de los locales ya me conocen, no ha cambiado nada», afirma Steve entre risas. Ambos proceden de la isla británica de Jersey, ubicada en el Canal de la Mancha, y admiten haber encontrado un paraíso entre las aguas cristalinas del Mediterráneo. Entre sus favoritos de vacaciones, destacan el clima soleado, la calidad y belleza de las playas y el marisco.
A continuación, conocemos a John y Colleen, un matrimonio inglés de más de cuarenta años que es un clásico del verano mallorquín. Juntos, han visitado en varias ocasiones la Isla y disfrutaron esta semana de sus aguas. Además, John comentó el contraste climatológico entre Reino Unido y España: «Mallorca es perfecto porque no llueve». En su caso, pasarán catorce días de vacaciones.
Otra familia de origen argentino, pero residentes en Eivissa, también conforma el paisaje turístico mallorquín. Se trata de Cristina, Lila y Lara. Lo cierto es que sus visitas a Mallorca son habituales, y resaltan las infraestructuras de la ciudad y las comunicaciones de transportes: «Hay mejor conexión en Mallorca que en Eivissa». Además, durante los días que duró su estancia, visitaron las calas de Sant Elm y Camp de Mar.
Nuevos perfiles
Pese a la fama de turismo de borrachera relegada a la zona del municipio de Calvià, con su epicentro en Magaluf, la tendencia ha evolucionado hacia un nuevo tipo de turismo orientado a familias. Por la zona también se observan muchas personas de la tercera edad, extrajeras y de nacionalidad española. Tanto es así que varios hoteles de Magaluf acogen desde hace unos años viajes del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso). El cambio de tendencia todavía no es definitivo pero cada año es más notorio en las playas del municipio.
Las familias también son otras de las habituales de la costa mallorquina. En este caso, resaltan las de nacionalidad británica, que continúan siendo las más numerosas en la zona. A diferencia de la zona de s'Arenal, donde la población alemana inunda cada año el ambiente. En su mayoría, los turistas eligen Mallorca por el clima, sobre todo los anglosajones, quienes elogian el sol, las altas temperaturas y la falta de chubascos.
La gastronomía de Mallorca es otra de las facetas que los turistas más valoran en su estancia. Varios afirmaban «amar» la ensaimada, la sobrasada, la paella y la calidad del marisco. El ambientazo de las noches es otro punto fuerte de la Isla, y con este, el personal de los locales de ocio también destaca gratamente. María Antonia, una extremeña que ha pasado en Palmanova unos días de vacaciones, subrayó la personalidad hospitalaria y agradable de los empleados de bares, restaurantes y comercios.