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La vida a bordo de un yate de lujo no es tan bonita

La mallorquina Esmée Yntema relata a sus seguidores en redes sociales cómo es el día a día en una embarcación de gran tamaño

Entre sus aficiones montar a caballo y viajar.

| Palma |

Durante años Esmée Yntema (Palma 1990) se dedicó a la organización de eventos, tanto en Holanda, de donde son sus padres, como en Mallorca. Pero durante la pandemia y con el país prácticamente parado decidió dar un cambio a su vida profesional y realizó un curso de Standards of Training, Certification, and Watchkeeping (estándares de formación, certificación y vigilancia). Se trata de una formación centrada en los conocimientos básicos de la gente de mar.

«Mis padres tuvieron una empresa dedicada al charter de veleros y siempre he estado vinculada al mar, así que decidí embarcarme en la aventura y rápidamente me llamaron de yates de lujo». Pero aquella experiencia le llevó, además de a recorrer las aguas del Mediterráneo, a vivir grandes experiencia creando un perfil en las redes sociales donde contarlas y comentarlas. En poco tiempo, Esmee Yntema logró una legión de seguidores, y miles de likes, audiencia que además se interesaba por conocer mucho más y que llenaba sus publicaciones de preguntas. «Llegué a tener vértigo pues quería contestar a todos y era prácticamente imposible».

La mallorquina quien actualmente, y utilizando el argot náutico, se encuentra en ‘dique seco' ha parado de trabajar en el sector náutico de charters, «por el bien de mi salud mental». «La gente se piensa que a bordo de un yate de lujo todo es glamour pero en realidad, para el personal, es muy diferente», reflexiona.

En el vídeo de su primera publicación en TikTok acerca a sus fans cómo se vive a bordo y cuál es su trabajo. «Quería dar a conocer todo lo que hacía. Las jornadas son largas. Prácticamente empezamos poco antes de que lleguen los clientes hasta que se van a dormir». En sus publicaciones destacan desde la organización hasta las magníficas puestas de sol, pero la realidad muestra lo duro que es el trabajo. «Lo que más gusta es que se gana mucho dinero y también conoces a gente famosa o muy importante, pero para mí todos los clientes son iguales. Eso es otra de las cosas que gustaba al propietario del yate». Una embarcación grande que con sus vídeos conseguía más clientes. «Algunos me preguntaban si sacar imágenes de los camarotes y otras dependencias del barco le sabría mal a la propiedad. La verdad es que el dueño incluso me pidió que llevara las redes sociales del yate».

La mallorquina Esmée Yntema en Puerto Portals.

Mujer sincera y transparente, confiesa que «sí, muchas veces los clientes te proponían salir a cenar con ellos o ir a alguna fiesta, pero nunca me he implicado con clientes o miembros de la tripulación».
Enfocada en una nueva etapa, Esmée, continúa con sus publicaciones y se prepara para dedicarse al mundo del cine o la pequeña pantalla. «Desde joven he hecho cosas de moda, más fotografía y publicidad, que pasarela. Ahora me estoy formando como actriz y me gustaría participar en alguna película o programa de televisión. Así que aprovecho este parón para centrarme en mi carrera como actriz».

Cuando se le pregunta por lo mejor y lo peor de ir a bordo de un charter de lujo no lo duda. «Lo peor es la gran cantidad de horas de trabajo y lo mejor, entre otras cosas, la comida, ya que a bordo llevamos un gran cocinero que prepara tanto para los clientes como para el servicio». Además de por trabajo, Esmée ha viajado mucho por diferentes países, pero confiesa que, para ella «las mejores aguas donde bañarse están en las Baleares. Tanto las aguas de Mallorca como Menorca, Eivissa y Formentera son espectaculares. Te das cuenta cuando viajas».

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