El colectivo Orgull Llonguet, una entidad nacida con el fin de generar un modelo de fiesta popular alternativa y participativa, y para revitalizar los símbolos de Palma ha alcanzado este año una década de vida. Para celebrarlo hicieron lo que mejor saben hacer: montar una buena juerga. La Plaça de l'Olivar se convirtió ayer en el escenario del décimo aniversario del movimiento asambleario y autogestionado, que ha logrado extender las fiestas de Sant Sebastià e impulsa uno de los fes- tejos más esperados del verano en Ciutat: la gran batalla de agua entre los bandos de Canamunt y Canavall.
De este modo, esta fiesta diseñada para todos los públicos arrancó a las 17 horas, con dos talleres, de creación de chapas con diseño de Orgull Llonguet, y otro de serigrafía de totebags con el logo conmemorativo del décimo aniversario, diseño de Jaume Vich, cofundador de Melicotó y antiguo miembro del colectivo. Como es habitual, la barra de consumiciones tuvo un papel esencial por tres motivos: combatió la deshidratación del público, o bien la aceleró, animó la fiesta y ayudó al colectivo, dado que su recaudación es destinada a costear las fiestas que organizan. También se montó una parada expositiva con elementos simbólicos del grupo, y una barraca de la sort, con llamativos regalos.
Además de todo ello, los asistentes tuvieron la oportunidad de adquirir un fanzine sobre la historia del colectivo, en el que descubrir sus secretos y entresijos. Y, como no podía ser de otro modo, los caparrots de Orgull Llonguet, del xeremier de Sa Calatrava, Pep Toni Rubio, en Miquel des Forn de Sa Pelleteria y na Bel Rollet, mítica vecina de El Terreno, así como el Drac de Na Coca, soplaron las velas.
Ahora bien, la fiesta se puso seria a partir de las 18 horas, cuando empezó a sonar DJ Random Nancy, que caldeó el ambiente para la entrada de Fades, el grupo estrella de la tarde. Y DJ Dudu cerró la fiesta, que concluyó a las 23 horas.