Poder celebrar, realmente, tu cumpleaños una vez cada cuatro años. Ese es un privilegio que apenas unos pocos elegidos pueden cumplir en año bisiesto, como es el 2024 que corre. Nacer el 29 de febrero permite únicamente disfrutar plenamente de esta fecha puntualmente. Eso sí, algunos de los protagonistas de esta historia, aunque vinieron al mundo en esa fecha, no pueden presumir de ello en su documentación, al haber sido inscritos legalmente o bien el 28 de febrero o el 1 de marzo, fechas que eligen el resto de los años en función de los gustos, o bien porque en Baleares es festivo, para celebrar esa efeméride que este año será muy especial al figurar en el calendario.
Estas son las historias de Jaume, Marilén, Miquel y Pablo, cuatro mallorquines de diferentes generaciones y procedencias que comparten un hecho singular y que llama la atención de amigos, conocidos o compañeros de trabajo: haber nacido en año bisiesto. Algo anecdótico y que les marcará de por vida. Pero que, a la vez, se toman con humor y filosofía, de la misma manera que esperan poder celebrar como corresponde un cumpleaños que no será uno más, aunque sea en algunos casos fuera de Mallorca e intentando reunir a la familia, aprovechando además que el viernes 1 de marzo es el Dia de les Illes Balears.
Uno de los que han sido 'víctimas' de la burocracia a la hora de demostrar esa singularidad es Jaume Gomila (Palma, 29 de febrero de 1976). Cumple 48 años, «o 12, según se mire», comenta con humor desde la UIB, donde se formó y actualmente trabaja. Su caso es más singular si cabe, «pues nací el 29 de febrero, de eso no hay duda alguna, pero inicialmente me inscribieron como nacido el 28. Y por todo figuro como que nací el 28 y no es así, pero bueno...», explica, a la par que apunta un dato llamativo. «Nací con ocho meses, por lo que la casualidad es mayor todavía, el 29 de febrero no era mi día, ni mi mes...», refiere.
Jaume celebra su cumpleaños, salvo en los años bisiestos, cada 28 de febrero, «aunque mi día es el 29 y cuando llega, siempre hacemos algo especial. De joven, es verdad que ni pensaba... Este año no será una excepción, pero recuerdo que cuando cumplí 40, sí que lo festejamos como se merece». Lo que sí le sorprende es la reacción de la gente cuando descubre la fecha de su cumpleaños. «Les hace gracia, les llama la atención y muchos dicen que no conocían a nadie que hubiera nacido ese día, pero quienes me conocen ya se lo toman de otra manera, más natural», asegura.
Entre las anécdotas que recuerda, destaca que en su etapa de estudiante, acudió «a un desfile en La Salle donde regalaban a quienes hubieran nacido el 29 de febrero dos entradas para ir a ver a 'Oasis' a Barcelona. Y yo me quedé sin ellas, porque en mi documentación figura que nací el 28 de febrero. Me dio rabia, la verdad...», confiesa, aunque reconoce que en su familia el suyo no es el único caso similar. «Mi padre nació el 28 de diciembre, pero figura el 29... no sé si tiene algo que ver con el Día de los Inocentes», apostillaba.
En este 2024, celebrará 'su' día «con una fiesta sencilla, con amigos y como se merece», aunque cada año aprovecha la festividad del 1 de marzo para festejarlo en la víspera, ya que esa singular fecha le permite elegir en tres de cada cuatro años.
Quien ha vivido muchos 29 de febrero es Miquel González Cañellas (Selva, 29 de febrero de 1936), que este año cumplirá 88 años -22 bisiestos le contemplan-. Lo hará con buena memoria y humor, además de con una buena dosis de mallorquinismo, porque el fútbol y el Real Mallorca -aunque también sigue al club de su pueblo natal, el Xilvar- son las grandes aficiones de este cortador de piel en fábricas emblemáticas como Yanko o Patricia, socio bermellón desde hace 70 años «aunque cuando nacieron mis hijos me tuve que dar de baja un tiempo», además de peñista.
«Mi padre peleó para que le apuntaran como nacido el 29 de febrero», recuerda con una vitalidad que contagia y ante la mirada de su esposa -Joaquina- y uno de sus seis nietos. «El 28 tengo una edad y el día 1 de marzo, un año más, pero cuando llega el 29 de febrero lo celebramos, siempre, de una manera u otra». Pero especialmente se siente orgulloso «de mi mujer, que hace 60 años que me aguanta, y de mis dos hijos -Mateu y Juan Antonio- y mis seis nietos.
Dice que «muchas veces» han bromeado sus amigos y conocidos a cuenta de su fecha de nacimiento, que «nunca» le ha generado problemas burocráticos y quiere celebrar este 2024 «con mi familia haciendo un poco de fiesta, porque es un día único y, la verdad, me hace ilusión porque cumpliré 88 años». Y, aunque es jueves «y todos trabajan», tiene claro que no será una jornada más en el calendario.
Marilén Bauzà nació en Palma un 29 de febrero de 1976, aunque es de Inca y actualmente vive en Sineu. Casualmente, un tío suyo también vino al mundo ese día tan singular, «pero tanto a él como a mí nos inscribieron el 1 de marzo. En mi caso, les dieron a elegir en el Registro entre 28 de febrero y 1 de marzo, y mis padres eligieron este último día», recordando casos anteriores como el de Jaume, a quien conoce y sabe de ese rasgo singular que comparten. «Los dos nacimos el mismo día, pero a ninguno de los dos nos inscribieron ese 29 de febrero, es curioso cuanto menos... Pese a ello, creo que somos especiales y ese es nuestro día, no nos lo pueden negar, al menos el celebrarlo como toca», apostilla Marilén con una amplia sonrisa.
«Te sientes un poco especial porque es una vez cada cuatro años que puedes celebrar, realmente, tu cumpleaños. Aunque yo lo hago cada año», asegura esta docente, quien confiesa que «siendo niña, no quería celebrarlo el 29 de febrero, lo quería hacer el 1 de marzo. Pero con el paso de los años, más me gusta que sea 29, porque pasa una vez cada cuatro años, es diferente, más curioso...», añade. «El 1 de marzo es algo extraño, porque realmente no es el día en que naciste, no siento que sea mi día. Legalmente, sí; pero yo soy del 29 de febrero, aunque los papeles no digan lo mismo», reseña Bauzà.
Y comenta que la gente se queda sorprendida al saber de su fecha de nacimiento «porque muchos me dicen que no conocían a nadie que naciera un 29 de febrero, y yo he conocido a cuatro». Y echando la vista atrás, recuerda que su madre le decía que «era doblemente especial, porque nací el 29 de febrero y mi saliva era curativa... y claro, mis primos me la pedían para sus heridad (risas)», añadiendo como anécdota que las felicitaciones le llegan «durante tres días seguidos: 28, 29 y 1. No me importa, pero estoy varios días respondiendo y recibiendo mensajes o llamadas», cuenta, recalcando que «somos especiales, sencillamente».
Desde Barcelona, pero acompañado por los suyos, Pablo Romaguera (Palma, 29 de febrero de 2000) también celebrará un cumpleaños siempre «especial». Trabaja en una consultoría de la ciudad condal tras cursar ADE en la Universitat de les Illes Balears (UIB) y realizar un Máster en Asesoría Fiscal. Cumplirá 24 años, «o seis años, como alguno me dice en broma», afirma. Es una fecha que intenta disfrutar «lo más que se puede» con los suyos, como hizo en 2016, realizando un viaje junto a su familia.
La misma que viajará hasta Barcelona este 29 de febrero para estar junto a él. «Como estudio y trabajo, vendrán y lo celebraremos juntos. Aunque el lunes tengo un examen y no podré hacer mucha cosa, pero sí que pasaré el día con ellos, que harán el esfuerzo de venir en una jornada laborable», explica Romaguera.
Recuerda que el resto de los años lo celebra el 1 de marzo «que es fiesta en Mallorca, y antes mi abuelo cumplía también ese día, por lo que teníamos más motivos para hacer fiesta». También las felicitaciones le llegan escalonadas, «porque cuando tenemos año bisiesto, cuando llega el 29, me llegan desde el 28 y hasta el 1, pero es normal, porque yo siempre he estado en la dinámica de hacerlo el 1 de marzo, que es el día en el que solemos celebrarlo», prosigue.
Conoce, además, a una compañera de universidad que también nació este día, aunque lo suyo no estaba planeado. «Tenía que nacer en marzo, pero fui prematuro, llegué con antelación. Tanto, que mis abuelos estaban en Estados Unidos y planificaban venir en marzo para conocerme... y llegué antes de lo previsto, justamente ese día», recuerda Pablo Romaguera, otra de esas personas singulares y que este jueves 29 de febrero de 2024 tienen algo importante que celebrar.