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Lamentable estado del césped artificial del campo de fútbol del Parc de sa Riera

Antes de construir polideportivos, hay que ordenar el desorden, y ya no vale decir aquello de «lo hemos heredado»

¿Se imaginan lo que debe ser practicar deporte con este césped? Pues esta imagen corresponde al campo de sa Riera. | R.L.

| Palma |

Regresando del cementerio pasamos por el Parc de sa Riera. Había bastante poca gente a pesar de que la mañana era agradable en cuanto a la climatología: lucía el sol y no hacía mucho frío, lo que invitaba a algunos a pasear, a otros a correr y a unos pocos a ejercitarse con las máquinas que hay habilitadas en la zona.

Nos llamó la atención ver un grupo numeroso de niños que se disponía a disputar un partido de fútbol en el campo de césped artificial que tiene el parque, así que nos acercamos y nos encontramos con que el césped estaba hecho una ruina, en muy malas condiciones. En un estado para que se le caiga la cara de vergüenza al responsable. Cómo es posible que el alcalde de una ciudad, que pregona a los cuatro vientos que va a destacar por el deporte y la cultura, se pase por ahí y vea las condiciones en las que se encuentra el terreno de juego del campo más digno de figurar en el museo de los horrores deportivos. Es tan esperpéntico y denigrante que se horrorizaría. Naturalmente, echaría la culpa a los del anterior Ajuntament…

Pero es que tras nueve meses de estar gobernando, y permitir que un campo de fútbol esté como está ese, la culpa también la tienen ellos, por no haber sabido, querido o podido enmendar la plana llena de ‘manchones' que les dejaron. Por eso ahora ya no pueden decir que la culpa es de los demás…. Y el ciudadano también se está dando cuenta de ello: que menos hablar de macro proyectos –dos polideportivos, entre ellos–, y más ocuparse de las aceras, de la limpieza de las calles y las plazas de toda la ciudad, no solo las del centro; de la limpieza de grafitis, no solo los del convento de Santa Magdalena, sino de los de toda la ciudad, y más vigilancia en todos los barrios. Dicen que van a utilizar drones... ¿saben cuánto cuesta uno en buenas condiciones para vigilar? ¿Saben cuánta autonomía tienen? ¿Saben que no es solo que vuele, sino que hay que controlar el trayecto? ¿Y tienen a gente preparada para ello? El dron bien utilizado y con el personal adecuado es un buen elemento de vigilancia pero, mientras llegan los drones, ¿no sería mejor reforzar la policía, no solo con cincuenta plazas nuevas, sino con, por los menos, trescientas?

Fotografía en el medio campo, banda de la derecha.

Queda mucho por hacer

Hace unas semanas, desde esta modesta página, le mostramos a Cort la situación de los parques Wifi y Krekovic, el primero con problemas en las escaleras y el segundo con la caseta de lo que fuera bar okupada, además de otras deficiencias. Parece ser que Cort va a poner solución a esos problemas con más vigilancia –de momento, el sábado por la noche había un coche de la Policía Local estacionado en él–. También, más o menos por esas fechas, mostramos a Cort lo vergonzoso que es el estado de las paredes de los institutos Ramón Llull y Joan Alcover, completamente llenas de grafitis, así como los bancos y el tubo de la plaza del Tubo. Rápidamente el alcalde convocó una rueda de prensa en dicha plaza, a la que llevó a trabajadores de Emaya para que quitaran los grafitis de una pared y arrancaran pegatinas de los soportes del tubo, anunciado lo de la vigilancia de drones y otras cosas. Sin embargo, en las barriadas alejadas del centro –que en otras ocasiones hemos mostrado en esta página–, siguen los árboles levantando las aceras, contra cuyos ladrillos tropieza la gente y se cae, los grafitis en sus paredes, la suciedad en sus calles, los patinetes invadiendo zonas peatonales, la inseguridad en según qué zonas –y de noche peor todavía–, el aumento de la mendicidad en las calles… Sí, de acuerdo: parte del mal estado en que se encuentra la ciudad ha sido heredado, pero –repetimos– con nueve meses que llevan al frente los nuevos sí que podrían haber hecho muchas más cosas para mejorarla. Es muy bonito querer convertir la ciudad en un ejemplo de modernidad, como pretende el actual Ajuntament, pero antes acometan contra todo aquello que lo está impidiendo porque, ¿cómo podemos hablar de ciudad del Deporte si algunos campos de fútbol, como el Parc de sa Riera, y otros –porque seguro que nos llamarán desde otros lugares para denunciar el estado de sus campos– se encuentran en un estado tan impracticable? Por eso, arreglen antes lo que está mal, no solo lo del centro sino de todas las barriadas, y luego acometan esos sueños y háganlos realidad.

El estado de la otra área, ¡pobre portero!

Por cierto, al alcalde en una ocasión le propusimos que junto con los responsables de Cultura y Mantenimiento se fuera unos días a Oviedo, considerada ‘La Ciudad más bonita de España', y preguntaran a sus colegas cómo lo hacen para que el orden y la limpieza reinen por doquier. Que sepamos, no nos han hecho caso. ¡Qué le vamos a hacer! Pero seguro que de ese viaje hubieran vuelto con ideas mejores de las que tienen… Seguiremos informando.

Así es prácticamente imposible jugar tanto para el atacante como para el defensor.
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