Sa Rua de Palma vivió ayer una de sus ediciones más críticas y participativas. Ocho carrozas y 28 comparsas, y cerca de 1.400 personas, participaron de un gran desfile por el centro de Palma en el que destacó la originalidad, creatividad y mucha maña en la confección de los disfraces.
El reino mágico de Invernalia se alzó con el premio a la carroza más original, mientras que El reino de los dulces, de la Associació de Veïns de s'Olivera, de Son Cotoner, ganó el premio a la carroza más elaborada. Això es l'oest fue la más animada y ‘Salvem els molins', la más reivindicativa.
En comparsas el premio a la más original correspondió a ‘Paradetes'; la comparsa más elaborada fue ‘Dulce tentación de s'Olivera'; la más animada correspondió a ‘La vida es un carrusel' y la más reivindicativa fue ‘Perseveram en les nostres arrels', cuida i estima la nostra terra'. Un total de 216 personas participaron en la categoría de carrozas y más de 1.100 personas en comparsas. Sa Rua comenzó su recorrido en La Rambla, siguiendo por carrer de la Riera, Unió, plaça del Mercat y plaça del Rei Joan Carles I para continuar por avinguda Jaume III, con el passeig de Mallorca, donde finalizó. Un recorrido que fue seguido por miles de personas, muchas de ellas disfrazadas y siendo los más pequeños de la familia, protagonistas de una colorida y animada fiesta.
El jurado, que presidió la regidora de Participació del Ajuntament de Palma, Lourdes Roca, disfrazada de agente especial de la SWAT, estuvo formado por la directora general de Participació, Patrícia Díaz, disfrazada de Miércoles, y la directora general de Sanidad, Consumo, Mercado y Ferias, María del Carmen Esparta, vestida de china, con lo que hizo un guiño a la celebración del Año Nuevo Chino. También punturaron dos representantes de federaciones vecinales de Palma. El locutor Miguel Vera fue anunciando a cada una de las carrozas y comparsas, a su paso frente al jurado. Muy participativas las agrupaciones de Bolivia, Colombia, Perú y Ecuador quienes, con sus trajes típicos interpretaron canciones y bailes tradicionales.
La plataforma Menys Turisme, Més Vida, participó en sa Rua con una comparsa reivindicativa y crítica contra el modelo de turismo en nuestro archipiélafo. A su paso frente al jurado, sus integrantes se mostraron especialmente enérgicos contra el modelo de excesos, pidiendo límites y decrecimiento social, democrático y justo. Criticaron el impacto de los megacruceros, de los aviones, de los jets privados, del turismo de borrachera, etc. Pero tanto sus disfraces como su puesta en escena no contaron con los suficientes puntos del jurado para alzarse con alguno de los premios; eso sí, se llevaron los aplausos del público. Por su parte, ‘Salvem els Molins', ofreció carroza y comparsas muy logradas, haciendose con uno de los premios de 450 euros, en metálico. A ritmo de En Joan petit quan balla desfilaban los pequeños integrantes de una legión de siurells, del colegio Sant Vicenç de Paul y desde la carroza, con la pancarta ‘Cuida i estima la nostra terra', lanzaban caramelos, al público.
La nota dulce la puso la Associació de Veïns de s'Olivera, de Son Cotoner. Carroza y comparsa lucieron unos maravillosos disfraces en forma de porciones de tartas y cupcakes, que despertaron el aplauso del público.
También hubo premio para ‘Las paradetes', una de las comparsas más numerosas y variadas.
La carroza ‘Aixo es l'oest' contó con una gran participación de niños y niñas, quienes disfrazados de vaqueros y pistoleros, junto a sus papás y mamás, escenificaron un duelo con mucha marcha. Para fiestas, la que llevaban los coches de choques de Bacha Cars, disfraces hechos con flotadores de neumáticos. Muy simpática fue la carroza y comparsa de ‘Ratoncito Pérez y dientes de canicas' en la que vimos mamás y bebés como piezas dentales. La comparsa ‘La vida es un carrusel' fue otra de las más animadas y con una gran puesta en escena, con . disfraces muy elaborados en los que se podia apreciar gran acabado en la recreación de las atracciones. Auténtica fantasía fuer la carroza de ‘El Reino Mágico de Invernalia', y expectación la que despertaron los pequeños artistas del Circo Richmoon con sus malabares y equilibrios. En definitva, variedad y derroche de alegría.