Francisco Gordiolo se suele pasar todas las tardes en El Avispero, una tienda taller de reparación y restauración exclusivamente de Vespas y Lambrettas. Eso sí, más que una tienda taller lo que parece es un aparcamiento, ya que no se ve ninguna herramienta, ni mesa de trabajo, ni el local tiene ese olor tan característico a taller, sino que solo hay estos dos tipos de motos alineadas. Aunque a algunas no les vendría mal una mano de pintura, todas están en perfecto estado si nos referimos al motor, y es que pese a los años que llevan recorriendo calles, caminos, carreteras y autopistas, van como un tiro. Vamos, que te llevan a dónde quieras, desde luego a no mucha velocidad, pero con toda la seguridad de este mundo.
El único de estas características
Francisco nos dice que es el único taller de estas características y marcas que hay en Mallorca, al que le dedica todas las tardes, de lunes a viernes. Con él está su amigo Germán, propietario de una de las Vespas, quien avala su seguridad y su aguante, «pues me fui con la mía, a Portugal, y no tuve ningún problema. Corre lo justo, y vas muy seguro. Y encima te puedes llevar a otra persona contigo, sentada detrás de ti. ¡Ah! Y si pinchas tampoco tienes problemas, ya que llevas una rueda de recambio y herramientas adecuadas para cambiarla».
Francisco, que asiente a todo lo que dice Germán, añade que «estas motos, a nada que te haces con ellas, que lo haces muy rápidamente, te llevan a todas partes. ¿Insegura? ¡Qué va! Si conduces con prudencia, no tienes por qué tener ningún problema».
Vacaciones en Roma
Según nos cuentan, las primeras en aparecer en el mundo fueron las Vespas. «Las primeras se fabricaron en Ponte Vera (Italia) y las hizo una empresa aeronáutica especializada en aviones de combate. Las primeras que salieron lo hicieron en 1946. La idea era, en tiempos de la posguerra mundial, encontrar un medio de locomoción que consumiera poco y que fuera seguro. Y la Vespa fue ese medio. Por cierto, esta moto se hizo famosa a nivel mundial por ser la moto que se utilizó para la película Vacaciones en Roma, en la que el periodista norteamericano Joe (Gregory Peck) paseó en una Vespa por la ciudad eterna a la princesa de un pequeño país del centro de Europa, Ana (Audrey Hepburn).
Poco más o menos por esos años apareció la Lambretta, esta fabricada en Milán, de unas características similares a la anterior, aunque con la diferencia de que si la Vespa lleva el motor en el lateral derecho por debajo del asiento, la Lambretta lo lleva en el mismo lateral, pero debajo.
Francisco nos dice que El Avispero abrió hace tres semanas, y que en Mallorca hay muchos usuarios de una y otra moto: «Basta ver la cantidad de clubes que hay de ambas en la Isla. Y es que son motos muy útiles, tanto para ciudad como para desplazamientos. Incluso trayectos largos».
En cuanto al usuario de este tipo de vehículo, «suele tener entre los 40 y 50 años, aunque ahora la usan muchos jóvenes».
La vespa de Tolo Güell
De entre las Vespas, una nos llama especialmente la atención. Es de color blanco, con rueda de recambio sólida –igual que las otras dos–, motor a la derecha, y a tenor de los cables que tiene a la vista, parece que la están reparando.
Francisco se acerca a ella, le pasa la mano por el asiento y nos mira: «Ahí donde la ves, es la Vespa que tuvo Tolo Güell, una Vespa muy conocida en Palma pues se trasladaba con ella a todas partes. En realidad, no sé cómo se hizo con ella la persona que me la trajo para que le hiciera unos arreglos. Pero sí, es una gran moto. Y más con los kilómetros que ha hecho en su vida».
Respecto a los precios, explica que «el de reparar averías, depende de cómo es la avería, igual que pintarla, que dependerá de si es pintarla entera o parcialmente. Y en cuanto a la moto… Pues también depende de como sea su estado, o los años que tenga. Pero aquí te puedes llevar una Vespa que esté bien por 2.000 o 2.500 euros, y una Lambretta en buen estado, por unos 4.000. Piensa que estamos hablando de motos antiguas, con muchos años sobre sus ruedas».
Nuevo trabajo
Os conté que fuimos con Mica Cañellas a Inca a visitar a una familia que atraviesa momentos complicados: madre con exceso de peso, hijos con problemas y el exmarido de ella, y padre de los menores, recuperándose de adicciones…
Pues bien, de regreso a Palma, tomándonos un café en la terraza del Capri, Mica nos dijo que está escribiendo un nuevo libro, el sexto, «aunque a diferencia de los demás este –nos mostró la cubierta que lleva en el móvil– no trata de adicciones, sino de entresijos psicológicos basados en experiencias personales con el fin de adquirir una disciplina espontánea, libro que verá la luz el próximo mes de marzo».
Y es que, según nos cuenta Mica, «los retos, desafíos y propuestas que nos planteemos para llevarlos a cabo han de salir de dentro hacia afuera, convencido, además, de que lo que te propones lo vas a conseguir, dado que son objetivos reales y por lo tanto alcanzables. Para ello has de ser disciplinado, lo cual se consigue a base de perseverancia, constancia, tenacidad y paciencia». Pues ahí lo dejamos.
Consumo de alcohol
Por otra parte, le preguntamos si es cierto que, cada vez más, la edad en que los jóvenes empiezan a beber es más temprana. Que incluso algunos empiezan a consumir alcohol antes de la adolescencia. Y él asiente.
«Cierto, así es. ¿Causas? Pues igual muchos de esos chicos que se inician a edades tan tempranas es porque ven llegar a sus casas a sus padres, ¿cómo te lo diría? Más alegres que de costumbre, tras haber estado haciendo un largo tardeo. Esa podría ser una de las causas... Sí, porque si el chico ve que sus padres beben, o llegan a casa algo bebidos, pueden pensar que la bebida no es mala… Porque si beben papá y mamá –piensan– no debe de ser malo, ¿no? Y así comienzan. Pasa que esta sociedad es un tanto hipócrita y busca las causas en otros escenarios y con otros actores ajenos a la familia. Que sí, que existen, pero no hay que descartar la influencia que pueden ejercer en ellos sus padres», explica.