Como ya es habitual, la reina Letizia ha vuelto a ser este miércoles el centro de todas las miradas. En esta ocasión por protagonizar un inesperado percance, que ha quedado en anécdota, durante la recepción anual que los reyes ofrecen al Cuerpo Diplomático acreditado en España. Durante el Besamanos, la pulsera que portaba la reina se ha desprendido de su muñeca y se ha caído al suelo. Letizia rápidamente se ha agachado a recogerla saltándose el protocolo y se ha dispuesto a colocársela y cerrarla con la otra mano.
La pulsera en cuestión forma parte de un juego de joyas de pendientes, collar y pulsera de diamantes, zafiros y perlas que los reyes eméritos Juan Carlos y Sofía le regalaron a Letizia en su momento por el compromiso nupcial con su hijo, el entonces Príncipe de Asturias. La pulsera ha llamado la atención por partida doble, ya que no se veía a la reina lucirla desde su fiesta prenupcial, que tuvo lugar en el Palacio del Pardo en mayo de 2004.
En un momento de la recepción, que ha sido especialmente larga puesto que los monarcas han recibido en el Palacio Real a 126 Embajadores y cerca de 800 Consulados acreditados, la reina ha perdido la valiosa joya, pero ella no ha dudado en agacharse veloz y con mucha naturalidad a recuperarla del suelo ante la mirada atónita de su marido, Felipe VI. Con el protocolo en la mano, lo correcto hubiera sido avisar a algún ayudante para que recogiera la pulsera, pero ella ha optado por volver a ponérsela con discreción y restando importancia al pequeño percance.