Este lunes comienza la cuesta de enero, cada vez más costosa por la inflación y guerras diversas. Y lo que pueda subir a nada que los cargueros dejen de cruzar el Canal de Suez. Y todo eso lo vamos a pagar todos, nos va a saber más cuesta arriba a todos.
Los que peor lo van a pasar, no solo la cuesta de enero, sino todo el año, son los más débiles, los que no tienen nada, los que comen y cenan gracias a los comedores sociales. A Toni Bauzá, que junto con Jonny Darder son los cabezas visibles de Tardor, uno de los comedores sociales de Ciutat, le preguntamos cómo ven y cómo van a afrontar la que se avecina.
-¿Ustedes cómo ven la problemática?
-En el número de usuarios, que cada vez será mayor, desgaste de instalaciones y medios, así como la inflación acumulada… Todo junto, afecta significativamente a la Asociación Tardor, reduciendo su capacidad para cumplir con su valiosa misión.
-¿Explíquenos que es el «todo junto» que alude?
-Pues mire, con el aumento de los costos operativos y de adquisición de recursos debido a la inflación, nos obliga a enfrentarnos a desafíos financieros adicionales. Así, la devaluación del poder adquisitivo impacta en la eficacia de los fondos recaudados, dificultando la implementación de programas sociales clave. Nos vemos ante la necesidad de adaptarnos a un entorno económico más desafiante o, explorar enfoques innovadores para maximizar nuestro impacto social y continuar brindando apoyo a quiénes más lo necesitan. Por eso, principalmente, gracias a entidades como Fundación Kalonge y Yachting Gives Back, que son las que nos dan mayor apoyo, así como una ayuda anual del Govern para cubrir algunos gastos, y que nos lleva a través de algunos donantes puntuales, entre todos aún, seguimos, pero costa de, mes a mes, ver minimizada nuestra capacidad.
-Uno de los principales problemas a los que se enfrenta el ciudadano es el del alto precio de la vivienda, sea en cuanto a su coste, sea en lo que respecta al alquiler. Suponemos que esto también afecta a los comedores sociales.
-Pues sí, así es. Y por lo que estamos viendo, el Govern se está enfrentando a un desafío crítico ante la escasez de vivienda y los elevados costes que superan los ingresos reales de los ciudadanos. La demanda supera la oferta, generando una crisis habitacional que afecta a la accesibilidad de viviendas asequibles. Los altos precios de la vivienda, en comparación con los salarios reales, dificultan que la población pueda acceder a una vivienda digna. Este dilema requiere políticas integrales que fomenten la construcción de viviendas asequibles, regulaciones efectivas y soluciones innovadoras para abordar esta crisis social y económica que afecta a la comunidad balear. Por lo que observamos, el nuevo ejecutivo político parece estar tomando iniciativas valientes, por supuesto no exentas de crítica. Pero como todo sabemos, es imposible contentar a todo el mundo, la realidad es la que es, se precisan urgentemente viviendas.
-Tardor ha abierto por su cuenta y riesgo dos hogares, Inge y Kurt, que funcionan.
-Sí, y es que no queda más remedio que probar estrategias e intentar afrontar el problema de la vivienda para quienes carecen de medios. Por nuestra parte, estamos agradecidos por el apoyo normativo recibido a nuestra fórmula para crear hogares a los más excluidos y pobres. Y si conseguimos fórmulas de financiación, podremos ampliar nuestro abanico de acción.
-¿Cómo se entiende que, según se dice, hay menos paro, pero las colas del hambre son mayores?
-Efectivamente, cada vez hay menos paro, pero, a la vez, más trabajadores pobres. Y este fenómeno ha crecido debido a diversas razones, entre ellas las siguientes: el auge de empleos precarios y temporales ha debilitado la estabilidad laboral dentro de un marco de inflación y alquileres imposibles para muchos. Las tecnologías avanzadas han automatizado ciertos trabajos, reduciendo la demanda de habilidades tradicionales. La falta de ajuste salarial al costo de vida creciente y la brecha entre ingresos y el aumento de precios contribuyen también. Estos factores combinados generan una clase de trabajadores con empleo, pero cuyos ingresos son insuficientes para cubrir sus necesidades básicas, exacerbando la problemática de la pobreza laboral. Esto último, es especialmente dramático con las familias monoparentales, principalmente madre con niños pequeños.
-Volviendo a Tardor, ¿de qué modo podrían hacer frente al fututo más inmediato, con más personas que se acercan al comedor, pero, por parte de este, con menos medios?
-Pues partiendo de la base de que habiendo en Balears 425.000 asalariados, si cada uno de ellos nos donara 1 solo euro al mes, nosotros en pocos años solucionaríamos el problema residencial a los más necesitados de las islas, creando llares auto gestionados por ellos mismos.
-¿Y de qué modo se podría abonar ese euro mensual?
-Pues quién quiera participar en esta iniciativa basta que escriba en Google: Teaming Tardor, y le llevará al enlace donde poder domiciliar un euro al mes en un minuto. Fácil, sencillo y al alcance de todo que el que tenga la voluntad moral de ayudar a los demás.