Su voz resultará familiar a más de un participante o asistente a eventos de gran calado. Tanto en Mallorca como a nivel estatal e internacional. Es, además de su forma de ganarse la vida, una pasión heredada de su madre. Sara Mingolla (Palma, 1980) ha seguido los pasos de una referencia en cuanto a la animación en pruebas deportivas, Vicky Pieniazeck, de cuya mano llegó a esas citas para formar parte de la organización, como voluntaria, para echar una mano... Y ahora es una de las estrellas desde su papel como 'speaker'.
Domina varios idiomas, más allá del paquete básico (castellano, catalán, inglés, francés...) y se desenvuelve con soltura con otros como el italiano o el portugués. «Mi madre ha aprendido hasta árabe y yo me planteo hasta el chino si hace falta», comenta Sara con la soltura que le define también en las distancias cortas. Este fin de semana, además, formará tándem con su madre en el Palma Mallorca Marathon.
«Llevo veinte años como 'extra', pero realmente dos como 'speaker' profesional y no me puedo quejar, la verdad. Hago algo que me gusta, con lo que he convivido y que me permite conocer ciudades, gente y nuevos eventos», explica Sara, que recuerda sus inicios «con diez o doce años yendo con mi madre al maratón de Calvià. Era voluntaria, crecí sabiendo cómo funcionaban estas pruebas», añade.
Y confiesa, además que «al principio me daba 'palo' hablar por el micro». Hasta que en un Triathlon de Portocolom todo cambió. «En el punto de giro de la carrera a pie, habia un corredor al que le entregué el dorsal el día anterior. Era vasco. Estaba aturdido, agotado. Y le empecé a animar, le quedaban 5 kilómetros y logró acabar», recuerda. «Me dijeron que me buscaba y quería darme las gracias por ese ánimo en aquel momento tan duro... Ahí, me di cuenta de que con el micro se puede ayudar. Ese día lo cambió todo», espeta Sara.
Desde entonces, ha conocido eventos como la Copa Davis, el Zúrich Maratón de Sevilla, The Climb (subida a Alpe d'Huez), el Madrid Premier Padel, Camí de Cavalls... Ahora vuelve a casa para unirse a su madre en el Palma de Mallorca Marathon y en breve le espera un reto de altura como la Billie Jean Cup. «También estuve en las finales del Mundial de natación artística, en Oviedo, en el Mundial de triatlón de invierno en Andorra... Me adapto a cualquier deporte sin problema», asegura la mallorquina que da voz y agita las pruebas deportivas.
Su sueño sería llegar a unos Juegos Olímpicos, pero ella tiene muy claro que «no hay eventos grandes ni pequeños», definiéndose «más como animadora que 'speaker'. Lo que me gusta es que la gente se lo pase bien, es mi trabajo e intento sumar para hacerlo más atractivo y que no se quede todo en la pista».
Su experiencia le ha llevado a ser también formadora de una inmobiliaria en Mallorca, donde todo empezó y disfruta de trabajar cerca de los suyos. «Dedicarte a lo que te gusta es un lujo, por eso no me puedo quejar. Al contrario, soy una afortunada y quiero que la gente disfrute tanto como lo hago yo», asegura convencida la mallorquina que da y pone voz a muchas citas deportivas que reúnen a miles de participantes y aficionados.