Desde su salto a la política nacional como presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol ha experimentado un importante cambio en su imagen. En sus casi tres meses en Madrid, la mallorquina ha adaptado los looks que lucía en la Isla a su nuevo cargo aunque, eso sí, sin renunciar a su estilo boho chic. Diana Rubio (@driecel), experta en protocolo y etiqueta, señala que durante su etapa como presidenta de Baleares, Armengol llevaba una vestimenta «asociada a la zona con piezas de algodón, vestidos frescos y colores más vivos». En su nueva etapa ha hecho algunos cambios en sus outfits con el objetivo de adaptarse a la institución, pero sigue apostando por la comodidad y los accesorios con llamativos collares y brazaletes.
«La imagen que proyecta es de una persona joven, actual, que opta por una vestimenta cómoda», señala Rubio. Por su parte Marta Pontnou (@thepontnouagency), asesora de imagen de políticos, considera que Armengol quiere ser fiel a su propio estilo a pesar de su nuevo cargo: «Existe una presión estética. El poder normalmente se ha asociado a la derecha y al hombre, y la izquierda cuando sube quiere diferenciarse en un acto de rebeldía». Y es que, aunque valora de forma positiva que tenga una imagen marcada, Pontnou considera que tendría que ser más seria: «Debería formalizar su vestuario, con los colores, la forma…No hace falta ir con traje de chaqueta». Una valoración que Rubio comparte: «Considero que es necesario ver otro tipo de vestimenta en el Congreso, pero esa diversidad debe tener cierto formalismo».
Aunque estas semanas Francina ha apostado por prendas sobrias en tonos lisos, el pasado viernes fue muy criticada por el vestido de tirantes azul con estampado étnico que llevó durante el pleno de investidura de Alberto Núñez Feijóo. «Yo entiendo que tienen calor y buscan trajes frescos y sandalias, pero tienen que recordar que trabajan en lugares de privilegio, con aires acondicionados y coches oficiales», critica Pontnou. Además, remarca que los políticos, tanto hombres como mujeres, deben evitar enseñar los pies en las instituciones, ya que se considera «vulgar».
«Una normativa como tal de cómo debe vestir la presidenta del Congreso no existe, pero sí es cierto que existen unas reglas de decoro», añade Rubio. La asesora de imagen, además, propone a la socialista que «apueste por diseñadores de Mallorca» para su nueva imagen y «crear alianzas». Por lo tanto, aunque desde su nombramiento como presidenta del Congreso ha refinado sus outfits, según las expertas debería formalizar más su estilo para adecuarse al cargo que ostenta.
El apunte
Ondas, flequillo y raya al lado
A lo largo de estos años la socialista ha lucido peinados acordes a sus estilismos. Cuando fue nombrada presidenta de Baleares en 2015 llevaba una media melena lisa con flequillo recto que se convirtió en su seña de identidad durante los primeros años de su legislatura. Tras la pandemia aclaró su cabello y dejó su melena al natural con ondas. En los últimos meses ha recuperado el pelo liso, pero ahora con raya al lado.