El domingo pasado entrevistamos en el digital de Ultima Hora a Kathleen Bendelak. Hablamos sobre los libros escolares y teatro.
En este apartado, ella habló de lo bueno que sería que en el Teatre Principal, y en teatros municipales de la Isla, se pudieran representar obras, además de en catalán, en castellano, y teniendo en cuenta que la población residente inglesa es muy alta, de vez en cuando en inglés. Incluso en alemán, pues también son muchos los alemanes que viven en el archipiélago.
Sobre los libros, casi todos, a tenor de los comentarios que leímos en el muro de Facebook de Ultima Hora.es, le dieron la razón, no así en lo del teatro, donde algunos le dieron leña de lo lindo en el sentido de que si quiere hacer teatro en inglés que se vaya a Inglaterra, o que en Londres no se representa teatro español, ni mucho menos catalán.
En español y en catalán
Kathleen, que es mujer educada, encajó los palos deportivamente, entendiendo que cada cual es libre de opinar como le plazca, «por tanto –nos dijo– nada tengo que decir sobre esas opiniones, sino respetarlas y aceptarlas. Ahora bien, sigo pensando que no estaría de más, aunque fuera de tarde en tarde, que se representara teatro inglés en Palma, en el Principal, con las mismas condiciones que lo hacen las compañía que actúan en él, y que en los colegios se hicieran representaciones teatrales bilingües o trilingües, puesto que hay obras a propósito. Y en cuanto a que en Inglaterra no se representa teatro en castellano, debo decirles a las personas que creen, piensan o dicen eso, que en Londres no solo se representa teatro en castellano, sino que también se representa en catalán. En castellano lo hacen en el teatro del Instituto Cervantes, que está en 229 Union St, London SE1 OLR, (en estos días se representa La casa de Bernarda Alba), y en otro teatro, llamado Teatro Cervantes, dirigido por el actor español Jorge de Juan, que se encuentra en 17 Fleet St, Temple, London, también se representa teatro en castellano. Y en catalán, se hacen representaciones de teatro en catalán en el teatro del Instituto Ramon Lull, en 17 Fleet St, Temple, London EC411AA UK. Por eso, como yo sé que en Londres, debido a la gran cantidad de españoles que viven allí, o que están de paso, igual que catalanes, o de habla catalana, hacen representaciones teatrales en estas dos lenguas, es por lo que pensé que en Mallorca, por la cantidad de ingleses que vivimos aquí, sería bueno hacer representaciones en inglés, ya sea en el Teatre Principal, de Palma, como en cualquiera de los teatros municipales de la Isla».
Por cierto, a partir de octubre, Kathleen dará clases de teatro en distintos centros escolares de Palma. Teatro en inglés. «Durante el curso haremos prácticas y ensayos, y en final de curso representaremos en inglés la obra en la que hemos estado trabajando durante el curso».
Gran participación
Desde hace años, Catalina Cunill es voluntaria de Zaqueo y Caputxins, donde nos la encontramos ayer. Fue en la puerta donde los de la ‘cola del hambre' reciben la comida que diariamente les da esta institución. Una ‘cola del hambre' bastante larga, dicho sea de paso. Más o menos como la que a diario también se forma al caer la tarde en Zaqueo.
«Sí, más o menos son por el estilo. Unas 200 personas, diarias, en Zaqueo, y unas pocas más de 200, aquí, en Caputxins. Aquí les damos un bocadillo y agua y en Zaqueo una bolsa individual con comida y agua. Ni en un sitio ni en otro preguntamos quiénes son, ni dónde viven, ni qué hacen, ya que la discreción es una de nuestras normas».
Y en cuanto al perfil de las personas que van, tanto a Zaqueo como a Caputxins, «es muy variable –señala Catalina–, igual que las edades, ya que nos llega gente de edades muy diversas. También pasan musulmanes, son los que en Caputxins nos suelen pedir el bocadillo con queso, y en Zaqueo, comida sin cerdo. Musulmanes que ahora son más, muchos de ellos, posiblemente, llegados en pateras, que recurren a nosotros una vez que se les han terminado las ayudas. Vamos, es lo que pensamos, porque, como le digo, nunca preguntamos quiénes son, ni de qué país son, ni por qué vienen a buscar comida, o si viven en la calle o en algún albergue… En el caso de que vivan en la calle, sean musulmanes o no, si nos lo dicen, justifican que viven así por circunstancias de la vida, pero sin decir cuáles son esas circunstancias».
La cola se hace más larga
Como en Zaqueo, más que nada debido a las pequeñas dimensiones que tiene el local, no hay comedor, la gente hace cola –en ocasiones, larga cola– frente a la puerta donde los voluntarios les entregan la bolsa con alimentos. «¿Que de dónde nos viene la comida? Tenemos una serie de grupos que nos cocinan, aunque en el mes de septiembre son menos, por lo que necesitaríamos que se apuntaran algunos. Porque en el resto de meses del año no es necesario, nos bastamos con la gente que tenemos».
Catalina, igual que las personas que llevan otros comedores sociales, ha notado un incremento en cuanto a comidas a repartir diariamente debido a que es mayor el número de personas que la solicitan, «lo cual es comprensible, porque, por una parte, cada vez hay más gente viviendo bajo los puentes y en la vieja cárcel de Palma, por otra, la inflación y el aumento del alquiler de las viviendas ha obligado a personas mayores, jubiladas, que antes podían defenderse con lo que cobraban y ahora no pueden, pues todo ha subido menos lo que perciben mensualmente, por lo que, viniendo a buscar la comida a los comedores sociales, evitan un gasto. Ahora vienen de forma discreta, como intentando pasar desapercibidas entre las otras personas de la cola. Por eso creo que si abriéramos el comedor, muchas de estas personas, por vergüenza, no vendrían».
Hasta el presente año, Afers Socials, del Govern, y el IMAS, del Consell, han ayudado a los comedores sociales, «unos y otros nos daban un dinero. Espero que con el cambio del gobierno en todas las instituciones de nuestra comunidad, esas ayudas nos sigan llegando. Y en cuanto al Ajuntament de Palma, nos gustaría que cerca de la plaza donde estamos ubicados, o en ella, instalara una fuente de agua potable como las que ha puesto en otras calles. Con ello nos haría un gran servicio y nos supondría un ahorro».
Otra de las preocupaciones que tiene este comedor social –como suponemos que la tendrán el resto– es saber si la Comunidad Europea les seguirá enviando alimentos no perecederos en 2024 como lo está haciendo en el presente año, «aunque confiamos en que siga haciéndolo, pues esos envíos nos son de una gran ayuda, y más cuando las cifras de las ‘colas del hambre' se han incrementado. Lo digo porque si en Zaqueo, en 2022, atendimos a 68.000 personas, en 2023 llegaremos a las 80.000, 12.000 más. Lo mismo ocurre en Caputxins, que hemos pasado de los 200 bocadillos diarios a los 215».
Pues así están las cosas: más gente en las ‘colas del hambre', por lo que nos tememos que el invierno será duro.