El megayate Golden Odyssey, perteneciente a la familia real de Arabia Saudí, se encuentra de nuevo en aguas de Mallorca. El pasado mes de junio fondeó frente a Can Pastilla tras navegar por la costa de Tramuntana y ahora regresa a la Isla, frente al litoral de Andratx, procedente de la Riviera italiana. Considerado entre los más lujosos del mundo y uno de los más representativos de cuantos componen la ‘flota de oro' de las monarquías árabes, ha iniciado este año sus visitas a nuestro litoral. Concebido por el prestigioso astillero alemán Lürssen, especializado en megayates, y donde se han botado muchos de ellos –asociados al sector más exclusivo de la náutica–, su presencia evoca el tiempo en que estos palacios flotantes de Oriente eran asiduos de Mallorca.
Durante largos años, los pantalanes del Club de Mar acogieron incluso como base a otros yates pertenecientes a la realeza y célebres armadores de los países árabes, como el Nabila, el Lady Moura o el Al Mirqab. Y otros eventuales como el Prince Abdulaziz –que durante años fue el mayor del mundo–, el Yas, el Al Lusail o el Katara. Si bien fue entregado en 2015, el Golden Odyssey nunca hasta ahora había hecho acto de presencia continuado en la Isla.
Dadas sus dimensiones, su presencia no pasa desapercibida, ya que es comparable a un pequeño buque de cruceros. Así, cuenta con cinco cubiertas decrecientes comunicadas por ascensores. Con 124 metros de eslora por 20 de manga, destaca por un diseño ascendente a media eslora, y curiosamente coincide por nombre y dimensiones con un crucero de vanguardia que fue habitual en Mallorca entre los años 70 y 90.
Sus refinadas instalaciones apenas acogen a 32 invitados atendidos por medio centenar de tripulantes, una relación que pone de manifiesto el nivel de confort a bordo. Sin imágenes de su interior, solo ha trascendido la existencia de un gran spa con salón de belleza. Entre sus instalaciones visibles destaca el beach club a popa, a nivel del mar. Propulsado por una planta motriz híbrida, navega a 21 nudos.