En el Museo Arqueológico de Heraclión, en Creta, se halla el famoso fresco de la taurocatapsia, que representa una escena dinámica en la que un hombre realiza saltos y acrobacias sobre un toro en movimiento. Para muchos este es el primer antecedente del volteo ecuestre, una disciplina de origen militar, que ya se practicaba en la Antigua Roma y se extendió como una forma de entrenamiento en las escuelas militares de caballería.
En el presente, el volteo se entiende como una disciplina en la que se realizan acrobacias y ejercicios de gimnasia sobre un caballo, y en Mallorca se encuentra el equipo nacional. El pasado viernes 28 de julio, el equipo de volteo del club hípico de La Gúbia, representante nacional de volteo, consiguió la quinta posición en el Campeonato de Europa, celebrado en Flyinge (Suecia). Se trata de la mejor clasificación que ha logrado España en un campeonato europeo en esta modalidad.
Esta disciplina, reconocida por la Federación Ecuestre Internacional en 1983, es minoritaria en España, mientras que está bien afianzada en países como Alemania, Francia, Suiza, Austria o Suecia. «A diferencia de Francia o Alemania, hoy no se puede vivir del volteo en España. En todo caso, te cuesta dinero. Pero crece poco a poco y el nivel ha subido mucho. Antes era una forma de ocio, y ahora se ha profesionalizado. El volteo es muy bonito, porque debes adaptarte siempre al caballo y, al final, te sientes ‘uno'. Con la experiencia, no es tanto un deporte, sino un baile con caballo», afirma Layla Fraser (Palma, 1998), líder del equipo nacional, quien se inició en el volteo con solo siete años y compite desde hace una década a nivel internacional. Su madre y actual entrenadora, Diane Rose Fraser, introdujo este deporte en la Isla dos décadas atrás.
El volteo es una disciplina muy exigente. Requiere de cualidades como la fuerza, la coordinación y un alto grado de concentración y, en consecuencia, el entrenamiento es muy duro. «En temporada realizamos dos o tres sesiones semanales de caballo, de 45 minutos. También utilizamos un simulador. Es una gran ventaja, puedes repetir el movimiento todas las veces que quieras y, al mismo tiempo, ayudas al caballo. Hasta que no te salga, no lo practiques en el caballo», explica Layla, que compagina estas sesiones con entrenamientos de gimnasia y acondicionamiento físico, con su entrenador Jose Antonio Moreno.
El volteo puede ser individual, donde el volteador se juega todo su trabajo en un minuto de exhibición, o en equipo, con un máximo de tres personas sobre el animal. Otra figura clave del deporte es el longeur, o conductor de cuerda, encargados de que el caballo mantenga el ritmo adecuado, permitiendo el óptimo rendimiento de los volteadores. Como no podía ser de otro modo, Diane es la longeur de Layla y el equipo de La Gúbia: «En ocasiones, cuando no puedo llevar a mi caballo, voy con otros conductores, que me dejan ir en su caballo. Pero es diferente, no me imagino sin mi madre. Somos un equipo muy unido», afirma Layla, que del volteo destaca el buen ambiente en los torneos y campeonatos, «la rivalidad queda en un tercer plano».
De ningún modo se puede obviar otro de los grandes protagonistas, el propio caballo. En el caso de Layla, su compañero es el bello Royal George Alexander, al que cariñosamente llaman Rudi: «Lo que más se mira en un caballo de volteo es el carácter: debe ser bueno, noble y fiel, y debes poder confiar mucho en él. Con Rudi llevo más de diez años», explica Layla, que destaca los entrenamientos específicos y la dieta que siguen los animales.
Licenciada en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, ahora Layla se encuentra en un punto de inflexión, pues le apasiona ser entrenadora: «Me gusta competir, pero siento una gran pasión por el entrenamiento. En los últimos años me he centrado más en ese rol. Empezar con volteo es positivo para los niños: cogen confianza sobre el caballo y desarrollan el equilibrio y habilidades motrices. No nos planteamos objetivos a largo plazo, siempre vamos de competición en competición. Pero la gran meta es que el volteo crezca en España», afirma Layla, que retomará los entrenamientos el mes que viene. «Estoy disponible para cualquiera que tenga ganas de aprender», concluye.