La peluquera y motera mallorquina, Toñy Gomila, ha estado por segundo año consecutivo en el Wacken Open Air – o WOA- el festival más importante de heavy metal que se celebra desde 1990, siempre durante la primera semana de agosto, en la ciudad germana de Wacken, próxima a Hamburgo, en la que se da cita lo mejorcito, a nivel mundial, del heavy metal y hard rock.
Este año, pese a las lluvias que no han cesado ni un solo día, lluvias a veces torrenciales, que obligaron a la organización a reducir los aforos de los distintos escenarios en un 30%, el Festival ha sumado otro éxito a su carrera, siendo en esta edición la estrella del mismo la banda Iron Maiden, fundada en 1975 por el bajista Steve Harris, con más de cien millones de discos vendidos en el mundo, considerada, por ello, posiblemente la más representativa de este estilo músical.
También estuvo Pep Bonet
Toñy Gomila, a su regreso a Palma, califica esta nueva experiencia de «extraordinaria», tanto por lo que se ve como por lo que se escucha, y sobre todo por el comportamiento de la gente. «Miles de personas que solo beben cerveza, que en ningún momento se huele a porro, y que su comportamiento es ejemplar. Gente que solo está pendiente de la música, de sus grupos preferidos, de pasárselo bien viviendo una experiencia única… Gente que vive en tiendas de campaña, como yo, durante los días que dura, y que esté año se ha mojado muchísimo, pero que les ha dado lo mismo».
Toñy ha estado allí, en Wacken, como una de las peluqueras del festival, «para cortar el pelo a los grupos participantes, buena gente, personas sencillas a pesar de la fama y de los miles de seguidores que tienen. «Y he estado allí por segundo año gracias a la invitación que he recibido de los Barbers Angels, a la que pertenezco, barberos repartidos en todo el mundo, conocidos, y reconocidos, por la labor solidaria que hacen… Que hacemos». También ha viajado para asistir a esta edición el multi premiado fotógrafo mallorquín, de la Colonia de Santa Jordi, Pep Bonet, con varios premios World Press Photo en su haber -recuerda Toñy-, entre ellos el de un reportaje de deportes de una liga de amputadas celebrada en Sierra Leona, y otro, de fotos también, sobre el Festival Wacken, que gira en torno a las denominadas tribus que se dan cita en dicho festival.
Como nos ha contado Toñy al principio, uno de los protagonistas de esta edición del festival ha sido la lluvia, «lluvia torrencial, incluso, pese a la cual la actividad no ha cesado», dice, y también como vemos a través de las fotos y vídeos que nos envía, en las que aparecen miles de personas siguiendo el Festival, a pie de uno de los seis escenarios cubiertos, aguantando estoicamente un intenso diluvio.
Sin ningún incidente
Toñy, a quien por aquellos pagos llaman Tony, «pues la gente de por allí no suele pronunciar la eñe», ha estado cortando o arreglando el pelo a «ni me acuerdo a cuántos músicos y cantantes, gente famosa, pero sencilla y amable, entre ellos a la española, Laura Alfonso, de la banda Aneuma, que quedó segunda en metal battle».
Junto a los otros Barbers Angels, Toñy ha cortado el pelo en el backstage que instalaron por detrás de uno de los escenarios, «donde nos pasábamos prácticamente todo el día, mientras que las tiendas de campaña, donde dormíamos, estaban a unos quinientos metros de los escenarios. A ellas llegábamos rendidos por estar todo el día de pie. Pero, pese al cansancio, éramos felices. Dormíamos unas pocas horas y de nuevo al trabajo».
Y en cuanto a la seguridad, pues no es fácil controlar a tantos miles de personas, «ha sido total, al menos a la vista, con no mucha policía, pues como digo la gente se comporta muy bien… Supongo que entre esta habría alguno camuflado, pero de verdad que no hubo ningún incidente». Ni que decir tiene que Toñy está deseando que llegue un nuevo Wacken y que los Barbers Angels vuelvan a confiar en ella. «Y lo estoy deseando por la gran experiencia que para mi significa… Algo que con palabras no es fácil describir».
(PD/ Llama la atención que la normalidad sea el denominador común de un festival que reúne a decenas de miles de personas, alemanes e ingleses en su mayoría, y no haya incidencias, ni accidentes, y que en Magalluf y Platja de Palma, una par de miles de británicos y germanos, la mayoría desmadrados a causa del alcohol, monten el pollo cada día en que están de vacaciones, y que lo hagan año tras año, ya sea a pleno sol, ya sea bajo las estrellas, de lo cual sacamos la siguiente conclusión: que algo funciona bien en Wacken y algo funciona muy mal en Magalluf y en Platja de Palma).