Las Perseidas son un fenómeno astronómico que se puede ver cada año desde el hemisferio norte. Se trata de una espectacular lluvia de estrellas, también conocida como las Lágrimas de San Lorenzo. Para disfrutar de este evento estelar no hace falta ningún instrumento ni dispositivo cósmico, tampoco es necesario tener conocimientos sobre cometas. Lo único indispensable es encontrar un lugar de observación que proporcione un cielo oscuro. En concreto, las perseidas son las partículas sólidas, el polvo y el gas que se desprenden de la cola del cometa 109P/Swift-Tuttle en cada una de sus órbitas alrededor del Sol, y al entrar en contacto con la atmósfera de la Tierra a gran velocidad se desintegran. Por lo tanto, esto le convierte en una lluvia de meteoritos.
Las perseidas tienen su radiante en la constelación de Perseo y reciben el nombre popular de Lágrimas de San Lorenzo por la proximidad de su punto culminante al 10 de agosto, día del santo. Pese a que este fenómeno sucede desde mitad de julio hasta el final de agosto. Su punto máximo de actividad, este año, se espera entre la noche del 12 al 13 de agosto, según afirma el Instituto Geográfico Nacional (IGN). «Aunque las perseidas parecen venir de la constelación de Perseo, se pueden ver en cualquier parte del cielo. Conviene dirigir la mirada hacia las zonas más oscuras, en la dirección opuesta a la posición de la Luna si la observación se realiza cuando esta esté presente. Lo más cómodo es tumbarse y esperar a que la vista se acostumbre a la oscuridad», recomienda el IGN.
Afortunadamente, tal y como señala el Real Observatorio Astronómico de Madrid, este año coincide con un buen momento en el ciclo lunar, pues el satélite no eclipsará la luz de las estrellas. «Las Perseidas del 12 y el 13 tendrán poca competencia de la Luna y se verán bien ambas noches», escribe en su cuenta de Twitter. Según informa la Fundación Instituto de Astronomía de Mallorca para observar el máximo número de perseidas posible, debemos alejarnos hasta 25kms del núcleo de Palma y de Calviá. En concreto, te recomendamos lugares alejados de la contaminación lumínica como el Cap de Formentor, los embalses de Cúber y Gorg Blau, alguna cala recóndita, en la Tramuntana o en un barco en el mar.