Se ha convertido en un fenómeno viral y ha salido del anonimato casi sin quererlo. Por hacer bien su trabajo y conseguir la misión que tenía encomendada: acabar con la improvisada fiesta a deshoras en una habitación del hotel de Magaluf en el que presta servicio como vigilante de seguridad. Esas imágenes que han corrido como la pólvora a través de la red social TikTok y también vía Twitter «han sido como un tsunami», confiesa Miguel Sánchez, este profesional de 46 años que tiempo atrás se hizo popular a través de Ultima Hora por ponerse al frente de la ONG 'Ayuda a tu gente' y repartir con su moto y por las noches comida entre personas sin recursos por las calles de Palma.
«Yo viví en la calle y sé lo duro que es. Por eso, decidí poner en marcha esta iniciativa», afirma orgulloso de su labor. Pero ha sido el singular vídeo en el que invita a un grupo de turistas a poner fin a la fiesta en su habitación ante las quejas de otros clientes, pero especialmente su forma de dirigirse a los autores de estas imágenes, mezclando buenamente y con cierto humor castellano e inglés, lo que le ha llevado a ser famoso este verano. Incluso este jueves fue invitado en directo al programa 'Así es la vida', en Telecinco. «Toda una experiencia», confiesa Miguel Sánchez todavía impactado.
Y recuerda, antes de rememorar aquellos minutos que han cambiado su vida que «antes, la gente se buscaba la vida para entenderse con los turistas, no lo veo tan raro», a la vez que deja claro que él actúa «como lo que soy, una persona normal... No me esperaba nada de esto», prosigue en conversación telefónica con este diario quien ya es conocido popular y cariñosamente como el 'sheriff de Magaluf'.
«Cuando les pedí permiso para entrar y vieron que alternaba inglés y español, entiendo que querían burlarse de mi forma de forma de hablar, pero les ha salido mal la jugada, les ha salido el tiro por la culata», refiere con humor Miguel Sánchez, que destaca «el impacto positivo que he percibido por parte de amigos, compañeros de profesión y conocidos», añade desde Madrid.
Defiende, además, que su actuación «fue limpia», teniendo claro que «siempre conviene entrar con buenas formas y dialogando», y añade que su mediática intervención llegó a consecuencia de las quejas de otros clientes «que querían descansar. Son gente con niños, familias... y aquellos estaban de fiesta a las siete de la mañana, eran siete y hacían mucho ruido. Por eso llamaron a recepción y tuve que intervenir. Y nunca sabes lo que te vas a encontrar, aunque aquí no hubo problemas», relata.
«Mi objetivo era que desistieran y salieran de la habitación los que no estaban alojados en ella», apostilla, señalando que en el vídeo no se observa «el momento en el que salgo y les pido que la abandonen, lo han cortado a su interés, pero no me preocupa. Yo hice mi trabajo lo mejor que pude», explica Sánchez, vigilante de seguridad desde 1998, aunque durante estos años ha desempeñado diferentes profesiones.
«In the morning in the wowww. Perfecto, perfecto my friend. Muy bien, ok. Seven in the morning, familys and babys sleeping. In telephon the recepción», les espetó el famoso vigilante de seguridad mientras ellos pedían perdón, siendo comentada esa manera singular y divertida de poner en práctica el 'Spanglish' por parte de Miguel.
Incluso sus superiores le han hecho llegar que «no he hecho nada malo», considerando que la difusión de estas actuaciones, con el componente añadido del inglés de Miguel «son una manera de hacer ver al turista que no somos matones ni agresivos, que simplemente hacemos nuestro trabajo». Y agradece las muestras de apoyo de compañeros, amigos y personas anónimas. «He recibido muchas muestras de apoyo, miles de WhatsApps... Habrá gente que lo verá bien y otra pensará que no ayuda al colectivo, pero yo no he hecho nada malo», aunque tiene claro que «saber idiomas es un complemento al currículum, pero yo no tengo medios económicos para aprender». Aunque este episodio le ha hecho reflexionar y no descarta «buscar alguna manera de mejorar mi vocabulario y la manera de expresarme».
Afirma desenvolverse con agilidad a la hora de responder «las preguntas habituales que te hacen en el hotel, como '¿donde está el restaurante?', '¿a qué hora abre el bar?, '¿qué autobús va para Palma...?'. Si tengo dudas, enseguida les envío a recepción, o uso el traductor del móvil, que me ha sacado de más de un apuro», asegura Miguel Sánchez con buen sentido del humor y «alucinado» que lo que está viviendo estos días, que no va a cambiar su forma de ser ni su día a día.