En la reciente boda, celebrada en La Fortaleza del Port de Pollença, del futbolista mallorquín del París Saint-Germain FC, Marco Asensio, y Sandra Garal, el actor mallorquín Joan Pizá (Palma 1972) fue pieza fundamental del momento más esperado por los novios. Actor con más de veinte años de experiencia en los escenarios, también se mete en el papel de distintos personajes en eventos y celebraciones privadas, y en esta ocasión Joan Pizá fue el oficiante de la emotiva y divertida boda.
Una figura, la de ‘ceremoniante', muy solicitada últimamente. De hecho no fue la de Asensio la primera boda que ofició, ya que Joan Pizá también ‘casó' al piloto mallorquín de motociclismo Joan Mir. «Es muy importante personalizar ese momento, con historias muy cercanas de los contrayentes. Ellos ya saben que no soy ni cura, ni juez de paz, pero la pareja quiere esa figura cercana en su boda».
Los inicios profesionales de Joan Pizá fueron en Radio Borne. «Estudié electrónica y me pasé unos años entre cables, montando antenas, etc. Luego me salió un trabajo en la compañía aérea Spanair y estuve como operario de rampa. El mundo del espectáculo apareció en mi vida tras comentármelo un amigo, quien había hecho un curso en el Teatre Sans. En Madrid continué mi formación en la escuela Juan Carlos Corazón y comencé con funciones, animaciones y personajes infiltrados, siendo el de camarero el más popular». Entre los personajes a los que da vida se encuentran el paparazzi, policía, señor de limpieza, piloto, camarero, policlown, etc.
Joan Pizá no ha optado nunca a ningún Goya por sus dotes de interpretación, pero se ha ganado el aplauso y cariño de todos los presentes en eventos y celebraciones. Entre las anécdotas, recuerda cuando el exfutbolista Emilio Butragueño, uno de los invitados a la boda de Asensio, le reconoció de aquella noche en la que en una peña mallorquina hizo de camarero infiltrado. «Emilio me miraba y lo pasaba mal. No entendía como ese camarero podía ser tan torpe. Algunos de los asistentes se reían, mientras él mantenía el rostro serio y preocupado, hasta que le dijeron que era un actor infiltrado».
Joan Pizá creó su propia empresa, Qmiras Produciones, donde cuenta con un gran equipo de profesionales de perfiles diferentes para desarrollarlos en el momento adecuado. «Hay que tener mucha psicología y sobre todo centrarse a la hora de interpretar. Desde hace diez años interpreto el papel de ceremoniante y las parejas se emocionan y ríen con todos los invitados». De la boda del campeón del mundo de motociclismo Joan Mir recuerda que «es muy simpático y fue una experiencia inolvidable. Pero recuerdo que en un momento de la ceremonia fue él quien, incluso con los nervios y emoción que tenía en el cuerpo, me gastó una broma». Pizá, metódico y muy responsable, asegura que «hay cosas intocables, por mucho que lo quiera una wedding planner. Nunca hay que ir con prisas y el beso, siempre después del ‘¡Sí quiero!'».