Llegaron al Aeroport de Son Sant Joan con caras largas y signos de cansancio, por las horas de vuelo y los eternos trámites burocráticos. Su expresión cambió por completo al conocer o reencontrarse con sus familias de acogida. Pero sin duda, cuando más se alegraban era al ver de nuevo a sus ‘hermanos de acogida', porque el infantil es un idioma universal. En el marco del programa ‘Vacances en Pau', una iniciativa de la Associació Amics del Poble Sahrauí de Balears, que cuenta con el apoyo de la Direcció General de Cooperació e Inmigració del Govern, así como de todos los consistorios de la Isla, una treintena de niños procedentes de los campos de refugiados de Tinduf, en Argelia, aterrizaron ayer en Palma para disfrutar del verano en la Isla.
La cantidad de familias acogedoras ha menguando en los últimos años. En 2019 90 niños y niñas saharauis pasaron el estío en Balears; el verano pasado, cuando se retomó el programa tras la pandemia, la cifra se redujo a 43 niños. En esta ocasión, 29 niños y niñas, de entre 8 y 9 años, disfrutarán de sus vacaciones en paz.
«Ha sido difícil encontrar familias. Parece que la economía no está tan bien desde la pandemia, o la gente tiene ganas de irse de vacaciones. Desde la asociación siempre tratamos de sensibilizar a la población y destacar la importancia de este programa. Ahora mismo en los campamentos están a 50 grados de temperatura. Si se alimentan bien en verano, pasan mejor el invierno. Y lo más importante son las revisiones médicas que pasan. Además de crearse un nexo interesante con las familias», expresaron la presidenta de la asociación, Catalina Rosselló, y la secretaria Coloma Julià.
En Mallorca se quedan 26 de los 29 niños; ocho en Palma y, el resto, distribuidos en distintos municipios. Entre las familias acogedoras, 16 son repetidoras y solo cuatro niños han llegado al archipiélago por primera vez.