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Mallorca, el mejor lugar del mundo

La Isla se convierte en verano en una fiesta, aunque echará de menos a Cristina Macaya

La Familia Real española nunca falla. | Jaume Morey

| Palma |

Palma ha sido elegida varias veces como «el mejor lugar del mundo para vivir» , al menos para el diario The Times de Londres, que en su lista de las 50 ciudades predilectas del planeta la situó en primer lugar, ni más ni menos, pero Ciutat se nutre de toda la Isla, la de Mallorca, que en todas las épocas del año, recibe a lo más variopinto del universo de las celebridades pero también a los más importantes y discretos personajes del mundo, sean de la sociedad, la aristocracia, artistas consagrados, grandes fortunas o genios de la comunicación ultramoderna y puramente tecnológica que la eligen para huir del ambiente frío y duro en el que suelen desarrollar sus negocios más lucrativos.

En verano Mallorca se convierte en una gran fiesta en la que vamos a echar mucho de menos durante muchos años a la que fue durante decenios la mejor anfitriona, y también la mejor embajadora de Mallorca en todo el mundo. Les hablo de Cristina Macaya. Hubo una época marcada por su figura, un tiempo que acabó con la pandemia y la enfermedad que se la llevó para siempre hace pocos meses. Durante su brillante vida social algunos personajes hacían lo que fuera para conseguir una invitación a una de fiestas en su casa de Es Canyar, su imponente possesió mallorquina.

Omar Hernandez es el que da cada año una de las mejores fiestas del verano.

Lo hacían para poder ver de cerca y tal vez sacar algún provecho de personalidades como Michael Douglas y Catherine Z. Jones, también grandes anfitriones pero muy discretos, que acudían en ocasiones con sus amigos de Hollywood; o a los príncipes Michael de Kent, a damas elegantísimas como Marisa Berenson, o al mismísimo presidente Bill Clinton, que se alojó en la casa durante una temporada acompañado de su hija. También lo hizo George Bush. La lista de personalidades que hemos conocido en esa casa mágica y siempre generosa es interminable. Cristina este verano merece un gran homenaje de todos los que disfrutamos de ella durante tantos años. Se le dará. Es cerca de Establiments donde está la casa que más genialidades ha visto, pero también hay otras viviendas míticas acostumbradas a recibir a lo más granado de la sociedad y la realeza. Marieta Salas es una gran anfitriona, pero adopta desde siempre un perfil bajo que impide que nadie se entere de quién la acompaña en sus recepciones o cenas, siempre deliciosas, y caseras. A no ser que se trate de un acto benéfico, en los que se vuelca.

Los Jakober, Ben y Yannick Vu con los Douglas, Michael y Catherine Z. Jones, en Sa Bassa Blanca.

Mallorca es discreta, pero personalidades como el arquitecto Luis García-Ruiz y su esposa Malen Pujol, con possesió histórica en Establiments, han conseguido también que extranjeros y mallorquines se junten para establecer relaciones provechosas y hacer que nuestra idiosincrasia vaya cambiando poco a poco, siempre para bien. En ese selecto circulo también están el abogado Juan Nadal y su esposa Pepa Juan, abiertos desde la discreción a la genialidad de las personas que aceptan encantados sus invitaciones pues reciben de maravilla, a la mallorquina, y sin buscar epatar. Al contrario, la sencillez es norma de la casa. Valldemossa y Deià acogen a lo más cool y variopinto del mundo.

Manolo March y Brandon Jara siguen conservando su torre frente al mar, donde se han vivido algunas de las veladas más divertidas y elegantes de los veranos mallorquines. También lo hacen los condes de Fontanar, Juan y Adela Carvajal, en su casa cercana a Miramar, o sus hermanas en sus preciosas casas de la Cartoixa. Son veladas que fluyen con el saber hacer heredado tras generaciones de buen recibir. En Formentor echamos mucho de menos a la gran Mercedes Herrera, fallecida hace un par de años, pero sus hijos Jorge y Gabriela Benacerraf Herrera siguen la estela de su madre manteniendo la mítica y pionera propiedad abierta y festiva como a la dama le gustaba.

Maite Arias y Macarena de Castro junto a la gran Cristina Macaya, a la que no olvidamos.

Son los del Formentor de toda la vida, pero ya son pocos los que van quedando en esa zona tan idílica del Mediterráneo. A los nuevos, Mercedes los llamaba ‘los de Costa Rica', haciendo referencia a la proliferación de multimillonarios que han elegido la península de Formentor para hacerse una casa a su medida y gusto.

Miriam Lapique, viuda del recordado Alfonso Cortina, sigue recibiendo a amigos y familiares. Su hermana, la increíble Cary Lapique, no falla nunca, normalmente acompañada de alguno de sus hijos y nietos. Son muchos más los que se acercan con discreción absoluta a la preciosa casa, ya invisible tras la naturaleza verde que la cubre casi por completo. Los Arango también tienen su de toda la vida casa en Formentor, y la habitan, aunque falte el imponente Plácido Arango.

Mayte Spínola con Javier Macaya, hijo de Cristina.

Su viuda, la escultora Cristina Iglesias, prefiere vivir en el campo mallorquín. La aristócrata francesa Anne D'ormesson recibe como pocos saben hacerlo en su casa pollensina, situada en el campo y rodeada de adelfas camino de Llenaire.: Ana Rosa Pidal lo hace en su casa del Calvari, donde recibe de lujo, aunque de manera informal. Ana Rosa siempre ha sido desde niña una noble distinta, con una clase innata que destila libremente sin que tenga que hacer el más mínimo esfuerzo. Es hija primogénita de los marqueses de Villaviciosa de Asturias y de Bermejillo del Rey, se casó en Pollença con Tomás Terry en la que ha sido sin duda la más elegante y vistosa de las bodas celebradas hasta el momento.

La Serra de Tramuntana, desde Andratx, hasta el cabo de Fomentor es el escenario perfecto, sin embargo Palma está en ese destacadísimo ranking de las más bellas y apetecibles ciudades del mundo. De hecho, ha sido elegida como la mejor de España por los usuarios de Tripadvisor y como la sexta mejor del mundo y la segunda mejor de Europa, solo por detrás de Santorini. ¡Casi nada!.

Estamos encantados por supuesto pero hay un porqué de esta situación tan privilegiada y nosotros se lo intentaremos explicar en esta crónica social dedicada a los grandes anfitriones, como Teresa Sapey, la famosa arquitecto italiana que recibe en su casa del centro histórico y de estilo palaciego pero eclético, como solo los italianos más refinados saben hacerlo. En Ciutat y alrededores se vive muy bien y muchos, los más top, viven en sus antiguas casas señoriales. Aunque de tamaño mediano es importante resaltar su cosmopolitismo, tanto que uno puede desarrollar muchas vidas en una sola ciudad todavía habitada por familias de nobleza tan antigua y conservadora como la italiana. Nobleza que mantiene sus palacios magníficos para vivir y recibir a la antigua, en salones suntuosos repletos de obras de arte, pero con el saber hacer que solo se aprende desde la cuna. Si tienen la posibilidad de conocer y visitar a una de las grandes familias mallorquinas no lo duden, acudan a la cita porque su sorpresa será mayúscula. Entrarán en un mundo aparentemente privilegiado y cerrado que sin embargo está acostumbrado a recibir desde tiempos inmemoriales y con toda la naturalidad a los más importantes del mundo. Los mallorquines de cuna difícilmente se alteran por nada y muchos menos por nadie, sea quien sea. No molestar es su máxima y de esta filosofía tan sabia se han impregnado los que nos han elegido para vivir. Es por eso seguramente, por el ‘vive y deja vivir', que fuimos elegidos por la Familia Real Española como el lugar donde establecerían su residencia de verano.

Simoneta y su hermano Beltrán Gómez-Acebo, hijos de la añorada infanta doña Pilar de Borbón.

Es habitual ver a la reina Doña Sofía, madre del actual rey Felipe VI, recorrer sus calles acompañada por su hermana la princesa Irene de Grecia, y era muy habitual encontrarse a la añorada infanta doña Pilar, hermana de don Juan Carlos I, en el mercado de Santa Catalina charlando animadamente con otras señoras. Palma ha cambiado y zonas como La Gerrería, El Call, Sa Drassana, La Lonja, las Avenidas, el barrio de Santa Catalina o Sant Feliu se han llenado de apartamentos de lujo muy sofisticados. El actor Joseph Fiennes por ejemplo vive entre nosotros con su familia desde hace años y pocos lo saben. Si salimos de la ciudad, Puerto Portals, Andratx, Port Adriano, Artá y Felanitx, cuna del artista Miquel Barceló, son lugares donde moran grandes personalidades con discreción absoluta.

Es el caso de los duques de Holstein, cuna de las familias reales de Dinamarca, Grecia, Rusia, Inglaterra, familias que nos visitan sin que percibamos su presencia más allá de lo estrictamente necesario. En Costa de los Pinos veranean y reciben con gusto los de toda la vida, como Alvaro Marañón, conde de Retamoso y Mercedes de Valenzuela, que habitan la casa más acogedora y cálida de la Isla. Sus cenas de verano son esperadísimas pues reúnen a los cerebros más destacados y a personalidades del más alto nivel que convierten las tertulias bajo los pinos y frente al mar en clases magistrales de contemporaneidad.

Francesca Franco y su marido Iñigo de la Osa, besándose tras el baile.

Es el mundo donde vive la creadora Agatha Ruiz de la Prada. Su fiesta de cumpleaños es siempre lo más. La cena de los condes de España, Pepe y Carla, es muy esperada año tras año. Se celebra en su possesió familiar de Defla. Donde más cosmopolitas son las fiestas a día de hoy es en Sol de Mallorca, el lugar fundado por la familia Barreiros para que sirviera de residencia veraniega de sus amigos de toda la vida. Mayte Spinola recibe como nadie, y también lo hacen sus hijas, Grachya, Mayte y Rocío Barreiros Spinola, marquesa de Vívola. Han heredado el carácter abierto de su madre y también la generosidad, valentía y apertura de mente de su padre, Graciliano Barreiros, fallecido hace pocos años.

Sus vecinos actuales, Iñigo López de la Osa y su esposa Francesca Franco, son únicos acogiendo a sus amigos en su magnífica casa. Su fiesta de verano fue sin duda la mejor del pasado año, y dejó en todos unos recuerdos de diversión imborrables, como los deja cada año la cena que ofrecen Mayte Arias y Sergio San Juan en su casa, de película. Resultan noches de ensueño que quizás parezcan inalcanzables para algunos, y lo son.

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