Nos han contado que el nuevo alcalde de Palma, el arquitecto Jaime Martínez, a lo largo de los cuatro años de mandato que comenzaron el sábado, tiene previsto construir en la ciudad espacios deportivos, lo cual nos parece muy bien… Siempre y cuando antes haya sabido resolver la montaña de problemas que deja el anterior Consistorio, puesto que, de bastantes de los cuales, depende el futuro de muchos palmesanos. Nos referimos, entre otros, que iremos enumerando en otros momentos, a las obras del paseo marítimo y a las de la plaza de España.
Quien haya pasado por la plaza de España, verá que está prácticamente patas arriba. Sin embargo, apenas se nota actividad. Sí, mucha valla, muchas zonas del suelo abiertas, algo de maquinaria… Pero gente trabajando se ve más bien poca. Y eso preocupa. Y lo peor, que los negocios que hay en ella están pagando las consecuencias. Basta si no, ver la desocupación de sus mesas, lo que se traduce en reducción de ingresos.
Ayer estuvimos hablando sobre este asunto con Rubén Fernández, que junto con su hermana, Patricia, está al frente del bar Cristal, histórico entre los establecimientos históricos de la ciudad, sito en dicha plaza. Y ayer, en la hora y media que estuvimos, su terraza estuvo prácticamente vacía –había solo dos personas–, y no muchas más en su interior. «Y todo por las obras de ahí enfrente», nos decía Rubén.
De lo dicho, nada
Luego nos contó que a principios de este año «Angélica Pastor, junto con un representante de Emaya y otro de la constructora que está haciendo la obra, nos reunió a un representante de Afedeco, a la propiedad de +Natural y a nosotros para informarnos de que en un mes comenzaban las obras de remodelación de la plaza, y que la duración de las mismas, que se haría por fases, sería de 12 meses. Incluso nos mostraron el tipo de baldosa que se iba a utilizar. Recuerdo también que se dijo que la obra a cada negocio la iba a afectar, de forma directa, un mes. Entonces le preguntamos que si durante el tiempo que duraran las obras se nos reducirían las cuotas de impuestos municipales que hemos de pagar, pues con obras viene menos gente, y la concejal nos dijo que lo estudiarían. Y eso nos lo dijo el 27 de enero… Pero a día de hoy no nos han vuelto a decir nada. ¡Ah! Y las obras no comenzaron a la semana siguiente, sino que fue en tres semanas… Bueno, comenzar. ¿Acaso han comenzado? Porque actividad, lo que se dice actividad, no se ve. Y respecto a si se nos va a reducir la cuota de impuestos municipales, sobre todo el que tiene que ver con las terrazas, por el que nosotros pagamos 1.100 euros al mes, ni una palabra. Y a este paso… Pues que no vamos a poder resistir. Porque vea como está la terraza y el bar, sin apenas gente. Y menos mal que la propiedad del local ha tenido una serie de detalles para con nosotros que son de agradecer…»
Cajas por debajo del 50 %
Pues visto lo visto, si la COVID-19 cerró negocios y llevó a la ruina a muchos empresarios, las obras de la plaza de España van camino de lo mismo. Con tanta polvareda, ruidos y barreras levantadas, el cliente pasa de sentarse en la terraza y en el interior. Y no son palabras, eh, sino hechos que a la vista están.
«En febrero, con la colocación de la primera barrera, la caja bajó un 30 por ciento. Ahora, con todo este tinglado que tenemos enfrente, andamos por debajo del 50 por ciento, y dentro de una semana, cuando nos obliguen a cerrar las terrazas por las obras, aunque sea por un mes, como dicen, que luego es más… ¿Qué nos va a pasar? Pues que los ingresos irán disminuyendo. A más ruido, a más polvo y sin terraza, vendrá menos gente que ahora. Mientras tanto, deberemos seguir pagando todos los impuestos municipales y comunitarios, las nóminas del personal, a la propiedad, el agua, la luz, las terrazas, las basuras… Ya digo, igualito que cuándo la COVID-19».
Salgan de los despachos y vean
Si por entonces, desde la bancada de la oposición, protestó el PP, sacando la cara por los perjudicados, ¿qué tiene pensado hacer ahora, estando en el poder? Eso por una parte… Que por otra es lo más grave, que es lo que más atenta a la supervivencia del local. Pero es que los problemas que hay en la plaza, siguen paralelamente a los que originan las obras de su reforma. Problemas heredados del anterior gobierno municipal, por supuesto... Problemas como el de la inseguridad.
«¿Por qué en lo que fue hostal Términus no se abre una comisaría de policía…? Con ello habría orden en la plaza y en el Parc de ses Estacions... ¿Por qué no hay más presencia policial a partir de ciertas horas de la noche…? Porque cobrar impuestos sí que saben, pero poner soluciones a los problemas que hay, no», señala Rubén Fernández.
Por eso le decimos al nuevo alcalde, arquitecto Jaime Martínez, que de momento aparque los espacios deportivos y que se de una vuelta por la plaza de España, donde, como arquitecto, evalúe el estado de la misma, que hable con sus damnificados como hemos hecho nosotros, que por justicia les quite los impuestos mientras dure la obra… Porque, qué menos, ¿no? Porque suponemos que no hará como Hila, gobernar desde el despacho…
Próxima parada, el paseo marítimo.