Su magia permanecerá en la calles donde actuó, en la memoria de la ciudad. Artistas de distintas disciplinas, amigos y familiares rindieron ayer un sentido homenaje a la figura de Leticia Trujillo, una artista polifacética, nacida en Montevideo y mallorquina de adopción desde que llegó a la Isla con su familia en los años 90, y que falleció el pasado 16 de abril a la edad de 42 años. «Cuando una persona, sea local, inmigrante o nacional, dedica su vida a la expresión artística, -aunque sea payaso o animador de pasacalles y no tenga el éxito de un artista del Circo del Sol- realiza muchas aportaciones. Leticia no paró durante más de veinte años, su aportación ha sido enorme: era una persona muy autónoma e inclusiva, contaba con todo el mundo, por eso merece este homenaje», sostiene David Peralta, amigo de Leticia, artista callejero y «activista por la igualdad de las artes escénicas a través del circo social».
Leticia fue considerada una de las figuras más carismáticas del arte callejero, el circo y la animación de la Isla; a lo largo de su trayectoria interpretó innumerables personajes de fantasía y encandiló al público con sus espectáculos de fuego en diferentes eventos de renombre, como Sent sa Bèstia, Sant Kanut, Festival s'Embat, cabalgatas, mercados medievales, el festival Circ de les Cultures y un sinfín de actividades.
De este modo, entre las 13 y las 23 horas, la explanada del Baluard del Príncep fue el escenario de espectáculos de circo y variedades para toda la familia, conciertos, batucadas y muchas otras actividades siempre con la figura de Leticia en la mente y el corazón; Leticia fue alguien que siempre puso al servicio del espectáculo su arte y profesionalidad y, después de la movilización de artistas en su homenaje, a ciencia cierta dejó huella en aquellas personas que compartieron algún instante de su vida con ella.