A Marta Simonet la conocemos desde hace la tira de años –son tantos que ya ni nos acordamos–, y no por lo mayor que pueda uno pensar que es, que no lo es, sino por lo mucho que ha vivido la vida. Vivida intensamente, además. Hoy logramos que se asome a esta ventana por tres motivos: porque queremos recordar quién es y cómo ha llegado hasta aquí, porque está a punto de publicar su primera novela y porque suele usar la bici en sus desplazamientos por Palma.
Marta se puso las pilas siendo muy joven. En televisión comenzó en IB3 –con el programa 4-4-2, si mal no recordamos–, para dar el salto a Madrid, trabajando en Veo Marca, Be Boing, los 7 Magníficos y Mira quién, salta en Mediaset, presentado por Jesús Vázquez. Allí, en Madrid, por su inquietud con los medios digitales y su pasión por la gastronomía y todo lo que le rodea, crea un blog, Mésame Mucho, al que premian como mejor blog gastronómico de España.
Con la idea puesta en el regreso a Mallorca, monta una empresa, Banquete de ideas, una agencia creativa que ayuda a pequeñas y grandes marcas a estar en boca de todos. Antes de volver a la isla a vivir, graba en Canal Cocina La cocina de la felicidad. Y ya de nuevo en Palma, «compagino el trabajo de mi empresa con el programa Fred i Calent, junto con Miquel Calent y Fanny Pons, que, aunque me lo pasaba bomba, he decido dejar debido a que Banquete de ideas va a tope».
Novela muy mediterránea
¿Y lo de la novela, cómo llega? «Siempre me ha gustado escribir. Escribo desde que tengo quince años. Primero, en un blog que tenía hace tiempo, y desde entonces no he parado. Ahora, desde hace cosa de dos años, cada domingo escribo una newsletter (lasobremesa.club) con reflexiones pausadas que bien podrían hacerse alrededor de la mesa al acabar una comida de domingo removiendo el café. Aunque los últimos dos meses me he dado una pausa ya que estaba centrada en el cierre de la novela y, la verdad, no me daban las manos para tantas teclas».
De su novela, de momento, Marta no nos dice ni el título. «Lo sabréis pronto… Sí, como ya queda nada, prefiero esperar un pelín para contaros todo, con todo tipo de detalles, lo cual sucederá cuando ya podáis tenerla en las manos y disfrutarla». Como mucho nos adelanta que «es una novela muy mediterránea, en la que Mallorca juega un papel importante...Y se desarrolla en un verano... Es algo así como una oda a la familia y a la auténtica belleza de nuestra isla»
Lo único que sí nos concreta es que «la novela se presentará el próximo 13 de julio, en un lugar de Palma que todavía tenemos que acabar de concretar», y que una de las paredes de la habitación de su casa donde lo escribió sigue empapelada con las fotos que le inspiraban durante la escritura, «puesto que, como te he dicho, el libro gira en torno al verano, pero muchas de sus páginas las escribí en otras estaciones del año. Por eso me fue bien colgar de la pared muchas imágenes mediterráneas que reflejaran el verano, y así no se me olvidaba en pleno invierno esa sensación cálida del sol y la sal en la piel… Sí, escribía desde esa habitación como si estuviera en un verano eterno».
Enamorada de Mallorca
Por eso, está claro, o al menos lo intuimos, que Marta es una enamorada hasta las trancas de Mallorca. «Pues sí. Estoy enamorada de Mallorca. ¿Y sabes qué me hizo darme cuenta de ello...? Pues el haber vivido durante un tiempo lejos de ella. Recuerdo que muchos días, al principio de llegar a Madrid, cuando estaba en un edificio alto tomándome una copa por la noche, con toda la ciudad a oscuras, me imaginaba que allí, al fondo, estaba el mar… Pero no –se ríe–, era una simple ilusión, la cual no quitaba que en la distancia siguiera pensando en él. También, a diferencia de Mallorca, allí viví de forma frenética, sin parar, de un sitio a otro. Ahora, aunque siempre voy con varios proyectos a la vez, el ritmo es otro, saboreo lo cotidiano, los pequeños momentos, la tranquilidad de la Isla, su gente… Por eso digo que me gusta más que nunca Mallorca, haber nacido aquí. Y eso, quizá, es así por haber vivido durante unos años lejos de ella».
La Ofoodcina
Así, pues, haciendo un balance de Marta, es evidente que ha tenido un pasado sobre el cual ha sabido cimentar el presente, desde el que está planeado el futuro, cosa que está haciendo a raíz de haber invertido en un local en Palma, «al que queremos –lo de hablar en plural es porque en el ‘queremos' se refiere a su marido y a ella–, convertirlo en un lugar de encuentro para emprendedores y creativos. Nosotros trabajamos allí, es nuestra oficina. Por eso le llamamos La Ofoodcina (mitad oficina, mitad plató de cocina), porque es el espacio en el que se cuecen las ideas. Nos gustaría, de cara al año que viene, que lo pudiera disfrutar más gente para celebrar encuentros donde aprender sobre comunicación, talleres alrededor de la mesa… No sé… Tengo muchas cosas en la cabeza donde la creatividad y la comunicación se agiten para alimentar inquietudes». El local, muy diáfano, está en la calle General Ricardo Ortega, cerca de las Avenidas, en Palma.
Y en cuanto a lo de usar bici, está claro: beneficia al medio ambiente ya que no contamina, con ella se puede llegar a todas partes, se hace ejercicio que siempre viene bien, se aparca sin problemas, no necesita garaje ya que en casa cabe en cualquier lugar y…