No se dejen engañar por la apariencias, en el arm wrestling no siempre gana el brazo más grande, sino el que mejor aplica la fuerza. El hotel MLL Caribbean Bay, en s'Arenal, acogió ayer el 31 Campeonato Nacional de Lucha de Brazos, celebrado por primera vez en la Isla, y en el que participaron 120 competidores provenientes de todo el país.
«Se necesita un alto grado de especialización y de técnica: no es un pulso de bar, no basta con la fuerza bruta. Luchamos desde hace años para que se reconozca como deporte y podamos formar clubes deportivos porque, si no, no nos queda más remedio que registrarnos los equipos como asociaciones municipales. Este campeonato puede ser un aliciente para lograr más apoyo de instituciones públicas y privadas y para hacer campeonatos autonómicos», afirma Daniel Vivas, uno de los organizadores del evento e integrante de la Asociación Española de Lucha de Brazos, además de entrenador del conjunto de la Isla, que cuenta con una docena de integrantes.
Con una pausa de tres horas, el campeonato se desarrolló entre las 10 y las 20 horas. Los competidores se dividieron por categorías de edad, sexo y peso. La competición siguió el sistema de doble eliminación: tras la primera ronda, los competidores se dividían en dos cuadros, ganadores y perdedores, y aquel que diese su brazo a torcer en dos ocasiones quedaba descalificado. Asimismo, el campeonato contó con seis árbitros de la Arm Wrestling Federation. Los ganadores absolutos tienen la oportunidad de participar en el campeonato europeo y en el mundial, que se celebran este verano en Moldavia y Kazajistán, respectivamente.