Sopló las velas de su 106 años. Isabel Rullán Planas (Sóller 1917) celebró este martes por la tarde, en su casa en Palma, su 106 cumpleaños, rodeada de su hijo Bartolomé Muntaner, su nuera, sus nietos y biznietos. Tras haber roto la barrera de los 100 años, Isabel comenzó a sufrir ceguera y sordera lo que le apartó de disfrutar de sus grandes pasiones: el cine, la lectura y la música. Su vida ha sido plena. Hija de Bartolomé e Isabel, propietarios de la panadería y pastelería en la calle Borne de Sóller, se le conocía como la hija de Tomeu d'es Born.
Junto con sus padres, se trasladó a vivir a Palma cuando tenía unos 18 años, aquí conoció a quien poco después sería su marido durante 52 años, el abogado y licenciado en Filosofía y Letras Andrés Muntaner Vanrell. Se casaron y tuvieron dos hijos: Jaime y Bartolomé. Jaime fue misionero en Perú y jefe de quirófano en La Mutua Balear, y falleció en agosto de 2022. Bartolomé ha tenido cuatro nietos que le han dado a Isabel seis biznietos.
La familia
A diario, aunque vive en su piso con una cuidadora, es visitada por algún familiar. «Siempre ha dicho que Sóller es el pueblo más bonito de Mallorca», comenta su hijo Bartolomé, quien vive dos pisos más abajo, en la misma finca. «Mi madre está bien de salud, para tener 106 años, sobre todo mentalmente. Pero prácticamente no ve y está muy sorda». Cuando charla con sus nietos recuerda su juventud en su pueblo natal y si se le pregunta por su secreto para llegar a los 106 años, «ella dice que es porque nunca ha comido verdura. Y su plato favorito son los callos». No se le daba mal la cocina, aunque solo para los suyos. Nunca trabajó fuera de casa, se dedicó a su marido y su familia. «Ha sido y sigue siendo una persona muy religiosa. Antes iba cada domingo a misa. Ahora sigue las eucaristías por televisión».
No ha sido una mujer muy viajera. «Uno de los viajes más largos que hicieron mis padres fue el que ellos siempre decían que era el de su luna de mil, ya que cuando se casaron no pudieron hacerla, y fue a Andalucía, donde estuvieron un mes». Lluc era su destino favorito y la familia solía pasar quince días de vacaciones en verano. A diario le gustaba leer Ultima Hora y hacer los crucigramas. «Le encantaba leer mucho y ahora está muy enfadada por la ceguera. También le gustaban mucho las películas y el teatro. Cada semana íbamos al cine o al teatro a ver alguna función», señala Bartolomé, quien este martes organizó el cumpleaños de su madre reuniendo a prácticamente toda la familia. Un momento que Isabel agradeció emocionada y en la que sopló las velas deseando salud para todos.