El Carnaval, ese fugaz instante para vivir en pieles extrañas, que permite convertirse en quién uno quiere ser, se vivió ayer con intensidad y alegría en las escuelas de la Isla donde, tras los inusuales años de la pandemia, pudieron volver a celebrarlo por todo lo alto. Y es que no hay nadie que disfrute más de la fiesta que los niños, quienes ven una oportunidad para darle alas a su infinita imaginación. Multitudinaria, divertida y colorida la particular Rua de Carnaval que celebraron los alumnos y docentes del CIDE, en un pasacalles que pudieron disfrutar padres y abuelos que llenaron las aceras del recorrido aplaudiendo y animando a los pequeños protagonistas.
Con una amplia temática, la música arropó la salida escolar durante una hora, para después regresar al centro y seguir disfrutando de una gran fiesta. Los más pequeños, disfrazados de ‘minions' siguieron jugando en el patio, mientras que los de quinto y sexto de Primaria, con diversas temáticas como animales de granjas, profesiones, mundial de Qatar, etc., se reunieron en el teatro para participar en un certamen de chirigotas. No faltaron los concursos de comparsas y baile de disfraces, para finalizar por la tarde con la enérgica y dulce chocolatada.
Tras una intensa semana de carnavales, con Rueta Infantil el miércoles, y fiesta pro-viaje de estudios el jueves, los estudiantes primero y segundo de Educación Primaria del Sagrat Cor salieron ayer de las aulas para el deleite de familiares en un divertido desfile. El centro escolar prepara, para el próximo martes, día 21 de febrero, su bianual Entierro de la Sardina, para dar por finalizado el tiempo de Carnaval y dar inicio a la Cuaresma.
Desde primera hora de la mañana, la alegría, el color y la imaginación carnavalesca fueron los protagonistas en el barrio de Son Gotleu, convertido en una pasarela en la que desfilaron toda clase de personajes. A las 9.30 horas, los alumnos de Educación Infantil y Primaria del Colegio Corpus Christi pasearon por la plaza Orson Welles, ante la atenta mirada de sus familias: «Mi nieto va de Sonic; le hice los aros con papel de periódico», explicó Asunción Díaz, que trataba de localizar a su nieto entre tanto crío disfrazado.
De forma simultánea, los alumnos de Primaria del Col·legi Sant Josep Obrer celebraron su particular Rua en la calle Médico José Darder. Encabezados por la banda de música del colegio, que interpretó grandes éxitos infantiles como el fenómeno musical Baby Shark o el clásico Un elefante, todo tipo de personajes desfilaron por el paseo. Por otro lado, después de una semana repleta de actividades de Carnaval, la Escoleta de Sant Josep Obrer celebró una gran fiesta en el interior del centro. Con las maestras disfrazadas como el Rei Carnestoltes, niños y niñas participaron en un divertido concurso de disfraces, cuyo premio era un generoso trozo de ensaimada. A las 13 horas, salieron de la escuela y realizaron un pasacalles.