Un par de salchichas a la semana aumentan el riesgo de cáncer. Así lo pone de manifiesto un estudio científico realizado por un equipo de investigadores del Instituto de Salud y Bienestar de la Universidad de Glasgow (Reino Unido). El especialista en Salud Pública y Medicina Preventiva, Joan Carles March, precisa que el trabajo encuentra «una asociación directa entre estos alimentos y el cáncer colorrectal en 12 de los 18 estudios de cohorte (estudios epidemiológicos con población general) con información relevante hechos en Europa, Japón y EEUU».
March añade que «en un análisis de más de 260.000 mujeres, un equipo de investigadores del Instituto de Salud y Bienestar de la Universidad de Glasgow (Reino Unido) encontró que el riesgo de cáncer de mama aumentó significativamente para aquellas que consumieron más de 9 gramos de carnes procesadas al día». Por su parte, en el año 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó en una revisión de más de 800 estudios, que las carnes procesadas, como las salchichas, aumentaban el riesgo de cáncer colorrectal».
El especialista en Salud Pública destaca que los expertos «combinaron este análisis con los resultados de 10 estudios previos, que analizaron la ingesta de carnes rojas y procesadas y el riesgo de cáncer de mama, lo que les permitió evaluar el vínculo en 1,65 millones de mujeres. Las conclusiones revelaron un aumento del 9 % en el riesgo de cáncer de mama postmenopáusico con ingesta de carne procesada. Una vez más, no se encontró ningún vínculo entre la ingesta de carne roja y el riesgo de cáncer de mama».
March destaca que «la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer clasifica a la carne procesada como cancerígena para los humanos (grupo 1: suficiente evidencia). También cataloga la carne roja como probablemente cancerígena (grupo 2A: evidencia limitada). Si hablamos de riesgo total, consumir diariamente 50 gramos de carne procesada, aumentaría un 1 % el riesgo absoluto de padecer cáncer: pasaría de un 5% en los que no lo comen, a un 6 % en el caso de los que sí ingieren estas cantidades diariamente». Por tanto, «el consumo diario de 50 gramos de carne procesada incrementa el riesgo de cáncer colorrectal en un 18 %. Pero ese consumo ha de ser continuo, durante años, para tener ese efecto. Esto supone que para un individuo, el riesgo es pequeño, pero aumenta con la cantidad consumida».
¿Por qué las salchichas provocan o pueden provocar cáncer?
Preguntado sobre por qué las salchichas provocan o pueden provocar cáncer, el citado experto responde que «existen distintos componentes sospechosos, como el hierro hemo y otras sustancias químicas, que se forman durante el procesamiento. Por ejemplo, los compuestos N-nitroso e hidrocarburos aromáticos policíclicos».
Por todo ello, insta a «reducir el consumo de carnes procesadas y aumentar la ingesta de verduras puede ayudar a prevenir algunos tipos de cáncer. Los beneficios de comer más hortalizas y frutas también se extienden a otras enfermedades crónicas: prevención de la obesidad, de enfermedades cardiovasculares, estimulación del sistema inmune y freno del deterioro por la edad».
No obstante, pide «no caer en al alarmismo, entender los conceptos 'carnes procesadas' y 'carnes rojas', ya que «el riesgo individual de desarrollar cáncer colorrectal por el consumo de carne procesada sigue siendo pequeño, pero la repetida exposición en frecuencia y cantidad al elemento carcinogénico incrementa las posibilidades de riesgo».
March pide «no meter en el mismo saco las salchichas industriales y el jamón ibérico». En este punto, aclara que «el consumo de carnes no es malo. Lo que es malo es el consumo excesivo. Las carnes rojas tienen un aporte energético y nutricional -al ser fuente de proteínas, vitaminas, minerales y micronutrientes- esenciales para el crecimiento y el desarrollo humano. Por tanto, no se debe dejar de consumir carne, sino que hay que limitarlo. «El consumo excesivo de carnes rojas y carnes procesadas conlleva un aumento del riesgo de cáncer colorrectal y de otros cánceres como el de estómago (para las carnes procesadas) o el de páncreas y próstata (para las carnes rojas).