El esmaltado semipermanente de uñas se ha convertido en una práctica habitual para muchas mujeres y una prueba de ello es que cada vez hay más negocios especializados en esta técnica. Sin embargo, y aunque está autorizado por el Ministerio de Sanidad, conlleva riesgos para la salud, que deben tenerse en cuenta. Rosa Perelló, dermatóloga y responsable de la Unidad de Dermatitis de Contacto y Alergia Cutánea del hospital de Son Espases, advierte que están teniendo casos de «esteticistas que han tenido problemas con el manejo de productos acrílicos que les provocan dermatitis y les dificulta realizar su trabajo».
Perelló explica que tienen que hacerles las pruebas de la alergia, ya que el acrílico suele generarlas cuando está en forma monomérica (antes de aplicarlo). «Lo que produce la alergia es la fórmula inicial», precisa. Por tanto, las usuarias no suelen verse afectadas, a no ser que utilicen mucho estos productos. Los efectos más comunes que provocan las alergias a los esmaltes de uñas semipermanentes son que le piel se pone roja y se desescama, en un primer momento; empieza con una inflamación en los pulpejos de los dedos, especialmente con los que se manipula. Posteriormente, puede haber fisuras y dar lugar a un eccema crónico.
La dermatóloga también destaca que es muy importante incluir estas alergias en el historial médico de la persona afectada, puesto que muchas prótesis e implantes llevan acrílicos. Por tanto, las personas afectadas también ven limitada la posibilidad de ser sometidas a determinadas prácticas médicas, tales como la colocación de algunos implantes dentales o prótesis que lleven acrílicos. Además, avisa que esto supone un problema de índole laboral, ya que muchas esteticistas son autónomas y no pueden ser recolocadas en otros puestos de trabajo.
El esmalte semipermanente también puede provocar efectos adversos en las usuarias, pero menos frecuentes que en las esteticistas. Entre los más comunes se encuentran que las uñas se ponen más frágiles y se rompen con más facilidad. Es más inusual que provoquen alergias.
Estos riesgos están despertando muchas alarmas y cada vez hay más expertas que lo están poniendo de manifiesto en las redes sociales. Por citar un ejemplo, es te es el caso de Deborah García Bello, Científico, Química, investigadora y divulgadora científica, que se centra en el peligro de la luz ultravioleta de las lámparas de secado.
El apunte
¿Qué medidas se pueden adoptar?
Rosa Perelló, dermatóloga y responsable de la Unidad de Dermatitis de Contacto y Alergia Cutánea del hospital de Son Espases, deja claro que el esmalte semipermanente de uñas está autorizado por el Ministerio de Sanidad. Sin embargo, insta a adoptar una serie de recomendaciones para evitar problemas, especialmente la aparición de alergias. Las esteticistas deben usar dediles y encima guantes de nitrilo, así como utilizar mascarilla (ahora es obligatoria para todo el mundo por la pandemia) y llevar gafas. «Los acrílicos no se pueden manipular directamente en su fórmula inicial», aclara.
A las mujeres que se realizan la manicura semipermanente les aconseja que alternen esta práctica con los esmaltes comunes, para dejar respirar a las uñas. Además, las anima a que acudan a los centros de estética para retirarlos y sugiere que el limado que se practica para quitar el esmalte debe ser muy suave, ya que si es muy intenso puede dañar la uña. También es fundamental aplicarse protección solar de amplio espectro en las manos 20 minutos antes de someterse a esta técnica, ya que se introducen en una lámpara con luz UVA. «Puede provocar cáncer de piel», avisa.
Perelló alerta del riesgo que supone realizar estas prácticas en casa y destaca que se ha producido una proliferación de la venta de estos productos. En su opinión, las personas que quieran realizarse un esmalte de uñas semipermanente deben acudir a un centro especializado, donde las esteticistas manipulen de manera adecuada los acrílicos con la finalidad de evitar daños en las manos.