Ha sido un acto cálido y multitudinario, lleno de emocionantes momentos y alguna sorpresa. El público recibió a Martín Berasategui con gorros de cocineros y, proyectandose en pantalla gigante, la tamborada de 2005 en San Sebastián de cuando le dieron el premio de Tamborrero Mayor, provocando lágrimas de emoción en su rostro, bajo una lluvia interminable de aplausos. El chef Koldo Royo, y amigo de Berasategui desde niño, hizo de maestro de ceremonias recordando momentos de la infancia. «La primera vez que vine a Mallorca fue para ayudar a mi mejor amigo que acababa de abrir el Koldo Royo. Y cuando vengo me siento un mallorquín más. Tengo a Miguel Ángel, Chus y Pepe, que son mis grandes amigos y quienes me han traído proyectos en pandemia, recalcando en pandemia porque hay que tener triple garrote para tener vida de proyectos en esos momentos. Vamos a hacer grandes cosas, porque le debo mucho a Mallorca», confesó Berasategui.
Un acto en el que el director de Horeca resaltó: «No hay palabras para definir tu trayectoria. Eres un ídolo, no sólo para la gastronomía, también un ejemplo para muchas personas por tu cercanía». Palabras a las que el propio Bersategui, y con gran humildad replicó: «Sois los equipazos los que me hacéis grande. Hago lo que me hubiese gustado que me hubieran hecho a mí. La gran mentira de la cocina es que nadie te regala nada. Todo lo contrario. Soy de la cultura del sacrificio. Intento ser un poquito de cada maestro y maestra que he tenido. Y ahora soy más aprendiz que cuando tenía 15 años».
Tras el homenaje, también fueron reconocidos Guillermo Reus, de 84 años de edad y que dirigió el restaurante El Parlament, defendiendo el producto balear y quien marcó una época con sus arroces. Otra de los que recibieron estatuilla, María Gibert, conocida como la abuela youtuber quien a sus 85 años comentó que «ha sido una satisfacción muy grande ver que me valoran. Nunca fui a una clase de cocina y he aprendido sola». Las sopas mallorquinas, entre muchos otros platos, es la estrella de sus propuestas.