La gente asocia el ruido estomacal a la necesidad imperiosa de comer. Este momento incómodo es conocido formalmente como borborigmo. Una palabra que representa perfectamente de forma gráfica la sensación que producen estos movimientos intestinales. Sin embargo, muchas personas desconocen a que se deben estas situaciones estomacales.
La duda está resuelta. El borborigmo se debe al movimiento de contracción que realiza el estómago para mezclar la comida con los jugos gástricos y los intestinos hacen lo mismo para empujar la comida en su recorrido por el sistema digestivo. Esta contracción se produce de manera continua. Es por ello, que durante fases en los que no hay comida en la barriga, se siguen oyendo ruidos.
Cuando el estómago está vacío, los borborigmos son muchos más fuertes porque tanto estómago y el intestino están estrujando aire para arriba y para abajo y lo que resuena es el movimiento del aire dentro del espacio vacío. Cuando lleva mucho tiempo vacío, una hora o dos, el cerebro envía un estímulo al estómago en forma de hormonas que activan la sensación de hambre. Los sonidos que acompañan a los movimientos intestinales se producen durante 10 ó 20 minutos cada hora hasta que volvemos a comer. Y suenan especialmente alto porque el intestino y el estómago están huecos y el sonido se propaga mejor.
También se produce una hora después de comer y lo hace a ‘grosso modo' dentro del estómago y el intestino delgado. Un proceso que sirve para terminar de limpiar el sistema digestivo de las sobras no digeribles.