Según algunas referencias, el término brunch, de procedencia inglesa, se acuñó a finales del siglo XIX por la siguiente rutina: los domingos, día de descanso de los empleados de las grandes casas de la época, preparaban para sus patronos un variado y rico buffet en el que disponer de todo cuánto pudieran desear o necesitar, así, a pesar de no estar la servidumbre, los señores disfrutaban de exquisiteces en un formato que aún hoy perdura; siendo, al parecer, Estados Unidos el país que más popularizó esta práctica. Y aunque originalmente el brunch era cosa de los domingos, hoy en día no es así, y muchos hoteles, beach clubs e incluso algunos restaurantes, ofrecen esta opción a sus clientes, varios días de la semana.
Pero ¿en qué consiste la gastronomía del brunch? Lo cierto es que no hay nada cerrado, es decir, al ser una parte desayuno y una parte comida de mediodía, se permiten juntar dulces de todo tipo con salados. Suelen ser platos sencillos que permitan autoservirse cómodamente y disfrutar en pequeñas cantidades para probar varias cosas. Lo mismo ocurre con las bebidas que puede haber desde refrescantes zumos de todo tipo, pasando por delicados vinos que acompañen perfectamente los platos más cercanos al brunch, o incluso, cócteles ligeros de baja graduación de alcohol o sin alcohol.
Una modalidad para socializar
Como en toda buena fiesta, la comida es imprescindible, pero la compañía lo es aún más. Y en el caso del brunch también, lo esencial es disfrutarlo en compañía de amigos o familia. Es una fantástica excusa para socializar y quedar con un punto de glamour y originalidad.
Los brunch son la fiesta perfecta para celebrar en casa, que bien pueden elaborar los anfitriones, o bien se puede contratar un catering para ellos. Por ejemplo, Turquesa Catering es una empresa mallorquina con experiencia en todo tipo de catering para fiestas. Pero si lo que quieres es salir de casa, entonces, debes saber que en Mallorca son muchos los hoteles que se declinan por ofrecer esta modalidad gastronómica un par de días a la semana, además, suelen contar con precios asequibles y se añaden otras genialidades como música en directo, la confortabilidad que ofrecen los hoteles e incluso maravillosas vistas cuando se organizan en azoteas o en balcones frente al mar, son otros valores añadidos a la experiencia gourmet del brunch.
Además, ahora con la llegada de la Navidad y la costumbre de regalar, el brunch puede ser una magnífica experiencia que regalar a amigos, o incluso para cumpleaños. Las experiencias son cada vez un regalo más recurrente, más significativo y mejor conservado, no físicamente sino en el recuerdo de sumar juntos tiempo de calidad.