Nunca tuvo del todo claro a qué quería dedicarse profesionalmente, pero sin embargo triunfa entre fogones. Tito Verger, a sus 45 años de edad, se adjudicó anoche su tercer oro en la categoría estrella del concurso TaPalma.
¿Cómo empieza a cocinar?
– A cocinar empecé hace unos 17 años. Dejé los estudios, trabajé en una imprenta con mi padre, luego en almacenes, de repartidor, en un rent a car y en muchas cosas más, hasta que un día dije, me dedico a la cocina. Soy autodidacta y no tenía ni idea de cocinar, pero soy muy creativo.
¿En qué se ha inspirado a la hora de elaborar ‘Pulguita de otoño?
– Me he inspirado en el otoño, en los bocadillos que me llevo de excursión, que voy mucho, y también en las navidades.
¿Cómo es su cocina?
– Está muy basada en tapas, delicadas, con sabores fuertes y transgresores. Me gusta sorprender a mis comensales.
¿Prefiere cocina tradicional o de vanguardia?
– Soy de las dos. La tradicional con técnicas de vanguardia y sin perder el sabor auténtico.
¿Alguna vez le han devuelto algún plato?
– Sí, pocas veces, pero sí, alguna vez se han quejado y hay que saber escuchar, pero no siempre la razón la tiene el cliente. Hay mucho listillo, gente que pone pegas por cualquier cosa, otros que disfrutan mucho de tu cocina y gente que realmente sabe.
¿Piensa, en un futuro, poner su propio negocio?
– El futuro lo veo donde estoy, que es el restaurante Rosa del Mar, y no se me pasa por la cabeza poner mi propio negocio.
¿Se presentaría a algún reality show culinario en la tele?
– No. Bueno, no lo descarto. Confieso que en los concursos me pongo muy nervioso.
¿A la hora de ligar ha utilizado la cocina como arma secreta?
– Sí. Se liga (risas). Para conquistar a alguien prepararía una lubina con un puré de aceite de oliva.
¿Qué es para usted la cocina?
– Mi vida y mi hobby.