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Marieta Salas: «La gente viene al mercadillo a buscar gangas de calidad»

El Pati de la Misericòrdia acoge, hasta el sábado, el XXXI Mercadet de Es Refugi con una amplia oferta de productos

Marieta Salas es un referente por su dinamismo y espíritu altruista. | Julián Aguirre

| Palma |

Es una de las almas del mercadillo de Navidad de Es Refugi. Marieta Salas (Palma 1945), empresaria y una de las impulsoras de esta asociación altruista, junto con Antoni Garau y Jaume Santandreu, hace tres décadas, es una más del medio centenar de mujeres que estos días han ultimado los detalles para abrir este jueves, y hasta el próximo sábado en horario continuado de 11.00 a 20.00 h, el XXXI Mercadet de Nadal de Es Refugi, en el Pati de la Misericòrdia.

La entrada solidaria es de 2 euros y bajo una gran carpa es posible encontrar interesantes gangas, de calidad, a precios de ocasión, desde regalos navideños a libros, muebles antiguos, bisutería, bolsos, ropa de segunda mano y ropa nueva de marca. Además, el evento cuenta con un restaurante, en el que se podrá degustar comida casera, elaborada por voluntarios de la entidad, y una gran tómbola, que siempre toca, con más de 2.000 premios. El viernes por la tarde habrá un tardeo en la zona del restaurante. El dinero recaudado sufragará la obra social de Es Refugi, que trabaja para las personas que sufren una de las formas más extremas de la exclusión social, el ‘sinhogarismo'.

¿Cómo surgió la idea de poner en marcha Es Refugi?
– No conocía este mundo y un amigo mío dijo, ¡vamos a verlo!. De ello hace más de 31 años. Conocí a Jaume Santandreu, quien me fascinó y es una persona extraordinaria. La primera acción para recaudar fondos, creo recordar que la hicimos en ARCA, con una subasta de cuadros a la que vino Joaquín Prat y fue muy divertida.

¿La sociedad sigue implicándose como antes en un proyecto como Es Refugi?
– Ha cambiado mucho desde entonces. Ahora mismo la gente no está bien de dinero. Cada vez da menos y prefiere vender las cosas por internet en vez de donarlas para el mercadillo.

¿Cuál es su labor en el mercadillo?
– Estoy en un almacén y clasifico y valoro todo lo que se recibe para que lleguen al mercadillo cosas decentes. En el mercadillo hay calidad.

¿Hay alguna joya de la corona en esta XXXI edición?
– Tenemos muchas obras de arte, pinturas de grandes artistas y cuadros que llegan de herencias, además de muebles de época, canteranos, mesas, espejos, sillas. También objetos de decoración, joyas, etc. Y en ropa, hay prendas de marcas y diseñadores como Valentino, Versace, Scada, Carolina Herrera, etc. El sábado por la tarde, si queda algo que no se haya vendido, lo liquidamos.

Marieta Salas, empresaria e impulsora de la asociación Es Refugi.

Usted también dona cosas para que se vendan en el mercadillo...
– Sí, claro. Yo doy cosas mías, que incluso las compro para luego traerlas. Afortunadamente también tengo muchos amigos brocanters. Como me gusta conocer todos los ambientes, tengo muchos amigos de diferentes estatus sociales.

¿Qué carencias destacaría usted actualmente en la gente?
– Ahora mismo la gente está muy despistada, y eso se ve porque cada vez hay más suicidios. Se necesita cariño. Hemos creado una sociedad de consumo, donde la gente necesita poseer y eso no tiene fin, porque siempre hay alguien que tiene más que tú.

¿Los que tienen, dan?
– Hay mucha gente importante que da. En general, en España, la gente es muy generosa. Los que tienen poco dan lo que pueden y eso tiene más importancia. Por lo menos dan cariño y comprensión, que es muy importante.

¿Quién es el alma de Es Refugi?
– El alma de Es Refugi son los refugiados, sin ellos no tendríamos nada que hacer. Y del mercadillo, todas las voluntarias que trabajan, que son más de cincuenta y aquí están...

¿Cuál es el objetivo de este año tanto en el mercadillo como en la asociación?
– En el mercadillo el objetivo es superar lo logrado el año pasado y poder paliar las necesidades en Es Refugi, pues hemos tenido problemas estructurales en una habitación que en breve estará reformada, y hemos pasado de tener 44 personas a 30, que son las que están ahora. En un espacio corto de tiempo podremos dar servicio a cincuenta personas.

¿Cómo le gustaría que la recordaran?
– Como una buena persona, empática y generosa. Nunca me ha molestado que me pidieran, siempre he dado todo lo que puedo. La curiosidad me ha hecho ahondar en los problemas de la gente y en la vida.

¿Qué le gustaría hacer de ahora en adelante?
– Me gustaría viajar más, volver a África y a Perú. África es otro mundo. El viaje a Botswana hace cinco años fue el primer viaje importante que hice con mi hijo, y me gustaría volver a repetir.

¿Hay gente joven preparada para coger el relevo en Es Refugi?
– Ya veremos. Hay una nueva generación que tiene muchas ideas y pueden hacer cosas, pero de forma diferente.

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