Mary Cledera Losa, de 45 años de edad, 1,68 de altura y una talla 46, «casada con quien ha sido mi mayor apoyo en toda esta aventura» –dice–, madre de dos hijos, y directora de un centro de Educación Infantil, es la actual Miss Curvy International FZN Mallorca 2022 –FZN son las siglas del mayor patrocinador del certamen, Fernando Zurita naturópata–, título que consiguió en un casting que por cuestiones de la COVID se realizó vía on line. El título le ha permitido, entre otras cosas, ver la vida de forma distinta a como la veía hasta entonces.
Su coronación oficial como tal, tuvo lugar en Granada, el pasado mes de septiembre, y en octubre, Mary, junto con otras 32 candidatas de distintas provincias de España, participó en la gala final nacional que se celebró en la localidad granadina de Motril.
Sus tres razones
Uno de los patrocinadores del concurso, Aruba Formación, la eligió a ella para ponerle su banda, pero la organización, a causa de un mal entendido, no se lo permitió, lo cual hizo que Mary regresara a la Isla algo desilusionada... Pero también feliz, ya que recibió, de parte de dicho patrocinador, un regalo consistente en varios cursos formativos, lo que valoró como un gran detalle, «que junto con el cariño y amistad de mis compañeras, es lo mejor que me llevo del certamen».
¿Que por qué se presentó? Su respuesta no se hizo esperar: «Por tres razones: por lo de la inclusión social, por luchar contra la gordofobia y por proclamar que cualquier mujer, con talla superior a la 40, puede ser tan bella como las que tienen tallas inferiores».
Confiesa que ha sentido en sus propias carnes la gordofobia, «sobre todo cuando era más joven… Incluso de niña, ya que en el colegio, a veces, se burlaban de mi por mis kilos de más».
Notar la gordofobia
Nos dice también, aunque reconoce que nunca lo ha sufrido en sus propias carnes, que la gordofobia «se nota cuando vas a buscar trabajo, pues por tener algunos kilos de más, creen que no eres apta para ciertos puestos. En cambio, si estás delgada tienes más posibilidades para acceder a ellos». Y en cuanto a la ropa, añade que «hasta hace bien poco no había tallas para nosotras, por lo que las tenías que buscar en tiendas especiales, y encima eran más caras que las de la mujer delgada. Por otra parte –sigue señalando diferencias–, también es cierto que en muchos anuncios de cremas, perfumes, etc., no suelen aparecer mujeres gordas. E incluso en anuncios de ropa, o complementos para tallas grandes, a las modelos se las ve sin imperfecciones, con la barriga completamente plana, chicas que por su físico no nos representan. Tampoco es frecuente ver a una presentadora de televisión gorda… Por ello, el Ministerio de Igualdad, que tanto ha hecho por el colectivo LGTBI, al que incluso da subvenciones, cosa que me parece muy bien, tendría que hacer más por nosotras, sobre todo por lo de la igualdad y para darnos mayor visibilidad, lo cual contribuiría en nuestro empoderamiento…».
Sin cohibiciones
Finalmente, Mary reconoce que haber participado en Miss Curvy le ha ido muy bien, «ya que hasta entonces, mi mentalidad, respecto a mí, era un tanto gordofóbica, lo que hacía que viviera siempre a base de dietas... Dieta tras dieta... Sí, porque probé cientos de ellas, llegando a perder en una ocasión 30 kilos…. Kilos que recuperaba a nada que dejaba la dieta… Incluso me había planteado hacerme una operación de reducción de estómago, idea que deseché tras pasar por el certamen. Todo gracias a que, tras subirme a la pasarela, para desfilar, me di cuenta de que una talla, o un peso, no define la belleza de una mujer. De ahí que ahora me acepto y me veo mejor… E incluso hasta amo a mis kilos de más. Por ello –apostilla–, desde aquí animo a todas las mujeres gordas a que se miren al espejo y a que se quieran. Y que vayan a la moda… En pocas palabras, que no nos cohibamos ante nada, y que si vamos a la playa, ¿por qué no lucir un bikini, como hago yo? Porque, repito: ser gorda no es un insulto; es una cualidad física que no debe ser ningún obstáculo para nosotras. ¡Nunca! Porque pensar de otro modo es equivocarse».