Miquel Sorell (Palma, 1993) no era ciclista ni aventurero experto. Graduado en Periodismo, trabajaba en el marketing digital cuando en 2018 se preguntó por qué trabajaba en otros proyectos cuando él soñaba con ver mundo. Esa misma sensación se le hará familiar a muchos, pero Miquel hizo lo que pocos se atreven: dimitió y con una mochila viajó a África. Recorrió desde Uganda hasta Sudáfrica durante siete meses de mochilero, moviéndose en autostop, en bus o a pie y siendo testigo de paisajes que le reafirmaron en sus ansias por observar con sus propios ojos el mundo. «Sentía que iba del punto A al punto B pero entremedias había todo un camino que me perdía». Nunca destacó por su faceta deportista, pero volvió a España para preparar la siguiente ruta en el que se convertiría en su medio de transporte por excelencia: la bicicleta.
Así, salió de nuevo desde España rumbo al este. Recorrió Francia, Italia, Eslovenia, Croacia, Montenegro, Albania y, llegado a Grecia, estalló la pandemia de coronavirus y el consiguiente confinamiento. Eso no fue impedimento, y a finales del verano de 2020 retomaba la marcha hacia Turquía e Irak. Con todas las fronteras cerradas, regresó a España, adoptó a su perro Luca y ahorró todo el dinero posible para su próxima aventura que ha empezado este septiembre. Actualmente se encuentra en el Yucatán y viajará por México, Guatemala y el sur del continente hasta llegar a Argentina. Basa parte de su filosofía en el concepto de «vidaje», convertir el viaje en la vida misma. «El viaje es el camino y no el destino», subraya. Día a día no sabe qué comerá o dónde dormirá. Suele hospedarse en alojamientos a cambio de algún tipo de servicio, desde hacer fotos hasta construir cabañas. «He aprendido que el dinero no es la única herramienta de cambio». Sustenta sus aventuras en ahorros y en su proyecto estrella, Ser Nómada, una plataforma online en la que explota sus dos pasiones -la fotografía y viajar- mostrando sus experiencias dando la vuelta al mundo. Casi 50.000 personas le siguen en YouTube y cerca de 60.000 en Instagram. Tras más de 15 países y miles de kilómetros recorridos el lugar que más le ha cautivado sha sido Kapadókya, en Turquía. «Muchas veces he pensado: ‘¿Pero Miquel, dónde te has metido?', aunque no ha tenido ningún susto grave». Uno de los episodios más peligrosos a los que ha hecho frente han sido los imponentes perros que le han perseguido en zonas remotas de Grecia o Albania. «Con las personas nunca me ha pasado nada y me atrevo a decir que he conocido a miles».
«Mucha gente, como yo en su momento, necesita ver personas que la inspire. Hay bastantes personas que me han dicho que han hecho un viaje de varios meses porque han visto mis vídeos». Preguntado por si todo el mundo es capaz de coger una bicicleta y partir de viaje, Miquel asegura que sí, que «lo único que tienes que hacer es quererlo hacer. ¿Quién no puede coger una bicicleta y cuatro cosas y partir?».