El pequeño Óliver, el niño malagueño que ha sido intervenido en Barcelona de un tumor cerebral, está despierto, reacciona a los estímulos y reconoce a su familia, según ha explicado su padre, Alejandro Romero, que se ha mostrado animado: «Ahora ya respiramos». El equipo de cirujanos del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona operó el pasado miércoles a Óliver durante 10 horas y logró extirpar más del 90 % de su tumor cerebral. Desde que salió del quirófano, el niño malagueño, de dos años y medio, se está recuperando en la UCI pediátrica, a la espera de poder subir en las próximas horas o días a planta y, a partir de ahí, iniciar el tratamiento oncológico, una vez los especialistas terminen el análisis del tumor extraído y diseñen la terapia más adecuada.
«Todo va muy bien, mejor de lo que esperábamos; está muy bien, despierto, muy reactivo, habla un poquito y nos reconoce», ha expresado el padre del menor. En declaraciones a la prensa congregada a las puertas del hospital barcelonés, Alejandro ha enfatizado cómo ha cambiado la situación de Óliver en cuestión de días, después de que en México, donde el niño residía con sus padres, los doctores determinaran que no era viable extirpar el tumor.
Comenzó entonces un viaje a contrarreloj de Óliver y su familia desde Cancún (México) hasta Barcelona, con un avión medicalizado costeado por un empresario que mantiene el anonimato.
«Después del pronóstico que teníamos, Óliver está genial, como si no lo hubieran operado», ha expresado Alejandro, que ha admitido que, aunque todavía no saben el pronóstico y tratamiento contra el cáncer, ahora pueden «respirar» porque al menos ya no tiene la mayor parte del tumor en la cabeza. «Ahora, que empiece a comer bien, que se recupere, que lo suban a planta y que la sección de oncología nos dé las mejores noticias y tenga la vida más normal posible», ha añadido el padre al ser preguntado por los próximos pasos. Óliver llego a Sant Joan de Déu procedente de México el pasado 26 de octubre y al cabo de 48 horas fue operado por primera vez para tratar la hidrocefalia que padecía (acumulación de líquido en el cerebro), lo que era necesario para proceder a la segunda cirugía, en este caso para extirpar el tumor, que tuvo lugar este pasado miércoles.