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Las colas del hambre son cada vez más numerosas l Bailes solidarios

Toni Bauzá, responsable de Tardor, nos describe quiénes forman hoy la cola del hambre, cada vez más numerosa. | Click

| Palma |

Hace un par de días os contamos la labor social que está haciendo Juntos somos más, una página que ha abierto en Facebook Víctor Sánchez, a través de la cual, la gente con medios ayuda a la gente que carece de ellos, sin pedir nada a cambio. Incluso os poníamos dos ejemplos de esa ayuda altruista…

Pues hoy volvemos a la gran labor que están haciendo los comedores sociales, donde grupos de voluntarios, sin recibir nada a cambio, ayudan a los más necesitados.

Toni Bauzá es una de las cabezas visibles del comedor social Tardor, que a lo largo de este verano ha visto como ha aumentado el número de personas que acuden a buscar comida a dicho establecimiento, muchas de ellas debido a que la carestía de vida, cada vez más aguda, y el estancamiento de sus sueldos, los que los tienen, cada vez más mermados, les obligan a ir hasta allí.

Una realidad incómoda...

A Toni le preguntamos los motivos por los que, si en años atrás, incluso en los de la pandemia, la asistencia al comedor solía menguar en verano, puesto que muchos usuarios encontraban pequeños trabajos que les permitían sobrevivir, en este la cosa ha cambiado a peor… O más que por lo motivos, le preguntamos por la situación actual del mapa de la pobreza de las Islas.

«En Balears, la población en riesgo de pobreza y/o exclusión social supera el 46 % –dice Toni–.    Pero lo más triste es que un 19,2 % de los trabajadores de nuestra región son, manifiestamente, pobres, ya que trabajan, pero el salario que perciben es tan bajo que no les permite afrontar el coste de vida local. Y ahora, con la subida de precios que estamos padeciendo, menos todavía».

Quién es quién en la cola

Y lo dice con conocimiento de causa. Primero, porque lo vive a diario, y segundo, porque maneja datos supercontrastados. Ved, si no: «El observatorio de European Anti Poverty Network, en lo que concierne a Balears, nos indica que tenemos 266.217 personas en la frontera de la miseria, y que entre ellas hay un perfil que, de un tiempo a esta parte, está sobresaliendo en las colas del hambre. Me refiero a las familias monoparentales, en la mayoría de los casos formadas por una mujer y varios menores, lo cual es terrible, pues significa que uno de cada tres niños está en peligro de pobreza extrema, lo cual le afecta en su desarrollo físico y mental, cosa que puede ser muy grave. Y sin salirnos de la cola, nos encontramos con personas mayores de 45 años, entre ellas muchos parados de larga duración, que malviven ocupando casas en obras y locales y, cada vez más, en chabolas, lo que les ha ido desarrollando el denominado ‘síndrome de invalidez social'. O lo que es lo mismo: vivir a diario una situación que los ha llevado a enfermar y a renunciar a seguir luchando. Están también en ella los ancianos, que cobran unas pensiones muy por debajo del coste de vida elitista que tienen nuestras turísticas islas, por lo que han de elegir entre, o pagar una habitación o comer… O comprar un medicamento... Lo cual es totalmente injusto, pues los ingresos tan miserables que perciben apenas les dan para nada. Y a todo ello, lo cual no es poco, sumemos el aumento considerable de trabajadores cuyos ingresos, más bien bajos, les impiden sacar adelante, dignamente, a sus familias, añadamos, además, a los jóvenes sin formación, sin apoyo familiar y sin futuro, muchos de ellos deteriorándose, física y psicológicamente, con heridas emocionales incurables, sin olvidar a los inmigrantes en situación irregular y en tierra de nadie, donde los pocos que consiguen un trabajo, que cobran en negro, son, además, ninguneados y explotados por no mencionar cosas peores. De hecho, un pequeño porcentaje se ve empujado a delinquir para sobrevivir… Naturalmente, si los ayudáramos a tiempo, me refiero a todos, esto podría evitarse». Según Toni, todo esto, aunque en menos medida, ya existía antes de la pandemia, pero a causa de la actual coyuntura bélica, que se ha reflejado con una inflación por las nubes, lo ha empeorado.

O reciben ayudas, o...

Por si fuera poco, Bauzá reconoce    que la Asociación Tardor, que está atendiendo a personas en situación de pobreza severa durante los 365 días al año, y sin descanso, «a día de hoy está contra las cuerdas. Porque si no fuera por el gran esfuerzo que realizan Fundación Kalonge, Yatchting Gives Back, Iberostar y el apoyo que recibimos de dos auténticas heroínas de la política, me refiero a Fina Santiago y Teresa Vallespir, sin olvidarnos de otras entidades de gran calado, como son el Banco de Alimentos, Fundación Barceló, así como de una variedad de supermercados, comercios, panaderías y una legión de personas solidarias que sin esperar nada a cambio nos apoyan, sin todos ellos, no habríamos logrado lo que venimos haciendo hasta ahora. Pero, como he comentado antes, la inflación originada por la guerra, nos está poniendo contra las cuerdas, y… ¿Que qué puede pasar? Pues que como la sociedad pudiente no incorpore lo antes posible el hábito de la solidaridad activa en el día a día, la paz social estará en grave peligro. Sí, porque, y hablamos por nosotros, el incremento del coste de luz, del agua, de los alquileres, seguros, combustible, desgaste de instalaciones, reformas, etc., se ha convertido en nuestro talón de Aquiles, y suponemos que el de la mayoría de entidades como la nuestra, que sin poder contar con más apoyo financiero, no nos quedará más remedio que ir menguando nuestras posibilidades, precisamente en el momento que somos más necesarios».

Un euro al mes

Ante esta situación, ¿qué se puede hacer?, le preguntamos. «Pues que la gente bien asentada, económica y socialmente, tiene que entender que si no apoyan a las personas con graves dificultades, de seguir empeorando las cosas pueden alcanzar un nivel tal de desesperación, que se los encontrarán aporreando las puertas de sus casas, cuando podrían, repito, haberlo evitado con un pequeño gesto de solidaridad. Por ello, ¡ayúdennos, por favor! Ayúdennos a los que estamos en esto. Nosotros, en concreto, no pedimos nada que no pueda ser. ¡Un simple euro al mes! Si las personas que tienen trabajo, y que pueden salir varias noches a cenar por ahí, o que se pueden permitir unas vacaciones familiares… Si esas personas nos dieran un euro al mes, bastaría para que a través de nuestro voluntariado e instalaciones, asistiéramos a la mayor parte de los excluidos y pobres de nuestra sociedad local».

Por si hay alguien dispuesto a echarles una mano, Toni nos deja un dato: Escribid en Google Teaming Tardor y os llevará a la página donde podréis realizar ese donativo.

¿Porque, os habéis preguntado alguna vez qué pasaría si cerraran todos los comedores sociales por falta de medios económicos y las ayudas que, de momento, los mantienen abiertos?

Bailemos por Cruz Roja

lPara finalizar, un recordatorio. Rafa Mas, organizador del evento benéfico, Bailemos por Creu Roja, nos recuerda que el próximo sábado, 10 de septiembre, a partir de las 18 horas, en la plaza de la Constitución, de Sóller, «los profesores de salsa, bachata, kizomba y mzouk nos reuniremos una vez más para ayudar a Cruz Roja, a base de recaudar fondos, comida no perecedera, ropa y productos de higiene para las familias más necesitadas. Es el cuarto evento solidario que se organiza tras el gran éxito de los tres anteriores, Bailemos contra el Cáncer, en 2017, Bailemos contra el Hambre, en 2018 y Bailemos por ARKA, en 2019. En cada evento hemos ido recaudando, a través del baile solidario, recursos para las familias más necesitadas de Mallorca. En este, el objetivo es ayudar, al menos, a mil familias a base de las donaciones que el público quiera donar. También hay posibilidad de realizar un bizum al 03680, concepto: BailemosXCreuRoja. Lo decimos por las personas que no pueden asistir al acto, pero quieren ayudar».

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