Sabemos que la vuelta al cole es complicada, pero volver al trabajo también tiene muchos inconvenientes. Sin embargo, hay motivos por los que alegrarse. Al volver de las vacaciones, un periodo de descanso y ocio, al trabajo es habitual tener que reajustar el horario y los hábitos. No obstante, eso no tiene por qué ser un aspecto negativo. El empleo es una parte importante de la vida, por lo que hay que conseguir un equilibrio entre lo personal y lo laboral. Lo cual presenta algunas ventajas además de ser una excusa para comprar material escolar y una agenda nueva.
Cambiar de hábitos aporta más energía
Según Amagoia Eizaguirre, una coach experta en construir hábitos, en su libro explica que el 40% de las acciones que realizamos a diario no son decisiones reales, sino la consecuencia de los hábitos. «Los hábitos te ayudan a ahorrar energía mental, es decir, te hacen funcionar automáticamente sin tener que pensar cómo ejecutar las acciones que acostumbras a hacer.» Por ello, establecer hábitos en el trabajo te hará sentir más energizado, «el cerebro consume alrededor del 20% de la energía del organismo, por lo que los hábitos ayudan a ahorrar al no usar ese combustible». Sin embargo, hay que recordar que la rutina no debe ser sinónimo de monotonía. Por su parte, la rutina es necesaria para la organización de la jornada profesional y para la conciliación familia, trabajo y ocio.
Favorece a la salud
Principalmente, un estudio de Global Council on Brain Health indica que cuanto más activa sea la vida social en el ámbito laboral, más protegerá al cerebro del envejecimiento ya que ayuda a mantener la agudeza mental y la solidez de la memoria. El mismo estudio, señala que un trabajo que estimule la mente también será preventivo para su deterioro. Además, ir a trabajar es el mejor remedio contra el sedentarismo, lo que reducirá riesgos cardiovasculares como la Trombosis, sobre todo, si se va caminando. Asimismo, la vuelta al trabajo es un motor que activa la autoestima y te enfrenta a asumir nuevos retos.