Hacer deporte no es sinónimo de sufrir. Existen actividades de menor impacto físico y que, al mismo tiempo, pueden suponerte un momento de calma. Un ejemplo de ello es pasear por la playa. Así de simple. Seguro que más de una vez has visto a personas -muchas veces mayores- caminando por la orilla. Lo cierto es que no es para nada algo reservado al público de más edad, sino una práctica muy beneficiosa para la salud, perfecta para quienes se estén iniciando en el deporte o aquellos que necesiten añadir un instante de tranquilidad en una rutina estresante.
Un paseo por la orilla de entorno a 15 o 20 minutos con regularidad supone importantes mejoras en la salud. Caminar, de por sí, provoca multitud de mejoras en las condiciones físicas, disminuyendo el colesterol, el peso y aumentando la capacidad aeróbica, entre otras. Al hacerlo en la playa, aumenta el esfuerzo de cada paso, al hundirse los pies en la arena, por lo que es precisa más fuerza para avanzar. De este modo, se logran quemar más calorías, fortalecer en mayor medida los músculos y estimular el sistema circulatorio.
Lo relajante de esta actividad repercute también en una mejora de la salud mental, al disfrutar de un momento de relax, en un paseo durante el que escuchamos, de fondo, el oleaje marino y disfrutamos de vistas, por lo general, preciosas. Otros aspectos positivos asociados al caminar por la playa son el aporte de vitamina D -que ayuda al fortalecimiento de los huesos- que recibimos de los rayos del sol y la exfoliación natural de los pies, fregados contantemente con la arena.
Consejos para caminar por la playa
- Mejor por la orilla: los podólogos recomiendan pasear por la orilla, en lugar de por arena seca, ya que la primera está más compacta y supone menos impacto en el pie.
- Ir en las dos direcciones: al estar la orilla inclinada, el cuerpo también se inclina, trabajando más una parte del cuerpo.
- Amanecer o atardecer: mejor ir a caminar a primera o a última hora del día, ya que evitarás exponerte demasiado al sol y, además, disfrutarás de mejores vistas y un ambiente más calmado.
- Crema solar: no te olvides de aplicarte crema solar para evitar quemaduras.
- Botella de agua: lleva siempre a mano una botella de agua para, sobre todo en verano, evitar golpes de calor o episodios de deshidratación. Al hacer ejercicio, lleva siempre agua.
- Paseos cortos: los expertos recomiendan caminar entre 15 y 20 minutos, ya que si el paseo es demasiado largo pueden producirse calambres y temblores en los músculos.