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Mundos paralelos

La experiencia más inmersiva se cita en Virtual Reality Mallorca

David Dellà y Lucas Haas gestionan este espacio en el que se sienten como en casa. | Teresa Ayuga

| Palma |

La realidad virtual, una prometedora técnica a la que de momento solo miramos desde el prisma del entretenimiento, no tardará en asentarse en otros ámbitos cotidianos. El primero, el de la enseñanza. Más pronto que tarde unas gafas de RV (realidad virtual) sustituirán al grueso del material escolar. El futuro, como un tren expreso, es imparable. Aquí vamos a centrarnos en su aspecto más lúdico, y qué mejor forma de hacerlo que colándose dentro un videojuego. Nos dirigimos a Virtual Reality Mallorca, un centro especializado donde nos disponemos a vivir una experiencia plenamente inmersiva y, lo más complejo, explicarlo con palabras.

En este centro recreativo enclavado en Magaluf, la RV deja de ser un mero prototipo, un ideal futurista, para transformarse en una realidad aplicada al campo del entretenimiento con resultados espectaculares. De 13.00hs a 22.00hs podremos sumergirnos en un mundo alternativo jugando a uno de los dos juegos que nos proponen, Cráneo de diamante y Paciente Cero. El primero, un juego de exploración que nos traslada a un antiguo templo amazónico; el segundo, un adrenalítico shooter donde haremos frente a una horda de zombis sedienta de sangre. «Pueden jugar un mínimo de dos personas y un máximo de cuatro», avanza David Dellà, encargado del centro. Lucas Haas es su compañero, juntos gestionan este espacio en el que se sienten como en casa. No en vano, «convertir tu hobby en tu trabajo es lo ideal», afirma David, mientras Lucas asiente con la cabeza. Este se hizo con el trabajo casi de casualidad, «siempre he sido un aficionado a los videojuegos y un día que paseaba por la zona vi el rótulo y decidí entrar. Me sorprendió que necesitaran gente, y aquí estoy», resume con sencillez.

Accesible

«El objetivo de la empresa es hacer la realidad virtual accesible, ya que a día de hoy sigue siendo una experiencia cara. Pero aquí se puede jugar a un precio razonable con un equipo premium», explica David. Ambos tienen claro que la RV es el futuro, «los juegos que proponemos cuentan con unos gráficos muy buenos, pero no tendrán nada que ver con los de aquí a cinco o diez años», augura Lucas.

En efecto, el aparato gráfico está muy logrado, destaca incluso sobre otras tecnologías más avanzadas del ámbito doméstico, y su nivel de jugabilidad es del todo adictivo. Cualquiera de los juegos traslada al usuario al centro de la acción con escenarios rodeados de detalles e impactantes efectos especiales. Como decíamos, Virtual Reality Mallorca da carpetazo a la etapa experimental de la RV con una experiencia inmersiva de 360 grados totalmente impactante y novedosa.

Y mientras escudriñamos nuevos mundos, desde la cabina de control Lucas y David se encargan de que la experiencia vaya como una seda, no dejan puntada sin hilo, asesorándonos puntualmente por radiocontrol. Tanto si se inclina por salvar a la humanidad de una plaga zombi, como si decide escudriñar un templo del Amazonas, sepa que la iluminación, la música y los gráficos le permitirán disfrutar de una experiencia tan intensa e interactiva como inmersiva y realista.

Antes de iniciar la partida, nuestros anfitriones supervisan escrupulosamente el equipamiento, ayudando a pertrecharnos. Unos sensores en cada pie y mano, rematados con una ligera mochila conectada al visor, todo ello exento de engorrosos cables, nos ponen en situación. Cuando te colocas las gafas sientes que abandonas dulcemente este mundo para subirte a un carrusel de emociones imposibles de describir, hay que vivirlas. Del mismo modo que no existen palabras para reseñar el olor de una nube, el fin de lo infinito o el perfil de la oscuridad, tampoco las hay para otear el recóndito lugar al que se transporta nuestra mente. Y no importa el juego que elijamos, ambos nos sumergen en un viaje al frondoso vergel de la adolescencia, tiene ese punto de inocencia y de descubrimiento que se reserva a los exploradores sin mapas, pero con intención de hacer historia.   

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