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‘Arte y sociedad Mallorca’, pintura, fotografía y charlas l Ramas invasoras

Once fotógrafos y 29 pintores formarán parte de ‘Arte y sociedad Mallorca’, que se celebra el 22 de junio

Juan Montañez, organizador y promotor de la segunda edición de ‘Arte y sociedad Mallorca’. 

| Palma |

La exposición Arte y sociedad Mallorca, segunda edición, es la consecuencia de una primera que tuvo no poco éxito, en cuanto a calidad artística, de público en general y con amplia repercusión mediática. Fue en el año 2018, en el recordado Ciutadà Il·legal, lugar emblemático de Pòrtol, regentado por Marga González y Toni de la Mata. En aquella ocasión participaron un total de treinta artistas. Y desde esa perspectiva exitosa, surgió el deseo de acercar a otras zonas de Mallorca la visión de unos creativos que, con su compromiso y sensibilidad, muestran sin descanso una actitud de servicio y responsabilidad con la sociedad. Pero la pandemia hibernó el proceso en el año 2019. Y es ahora, en la aparente calma tras la tormenta, que reunimos a cuarenta artistas para que nos muestren sus trabajos, tras tiempos en los que muchos sentimientos han aflorado después    del obligado confinamiento, tanto humano como artístico. En esta ocasión, once fotógrafos y 29 pintores nos enseñarán sus trabajos y particular visión personal de estas disciplinas. Y eso será en el Hotel Artmadams, un referente en cuanto al movimiento artístico en Mallorca. Allí estará ubicada la muestra durante un mes, desde la inauguración del evento el día 22 de junio de 2022, a las 20,00 h. Como valor añadido, la organización está programando una serie de charlas y conferencias que se realizarán en el mismo hotel con la finalidad de crear una actividad paralela que agrupe tanto a amantes del arte como a las personas atraídas por las temáticas de interés general que se están preparando.

Parece ser que Montañez ha encontrado con quien compartir su vida.

Artistas que participarán

En esta muestra participarán Andrei Shchurok,    Candela Alcibar, Carlos Penas, Carlos Quintana, Carolina Rico, Cati Martorell, Cati Munar, Chicho Montserrat, Doris Duschelbauer, Elena Roig, Gisela Hammer,    Joan Gisbert,  Joaquin Zapata, Llorenç Garrit, Marisa Blume, Martin Berlin, Miguel A. Melgarejo, Miguel Monegal, Miquela Vidal, Nuria Bosch, Oleg Osipoff, Pascual de Cabo, Pep Suari, Pilar Correa, Reinhard Stammer, REVE, Ricardo Gago,    Sandra Renzi, Xavi Canyelles. En cuanto a los fotógrafos, participan Abraham Calero, Jaume Adrover, Jaume Gaviño, Juan Montañez, Marian Driessen,    Natasha Lebedeva, Pedro Prieto, Ricard Llorens, Toni de la Mata, Vikthor Clarke y Xavié Ferré. Todo esto nos lo comentó noches atrás su promotor, Juan Montañez, y lo hizo cenando en la Cocina China, el restaurante de Cristina –donde, entre otros ricos platos, comimos el de judías verdes–, a donde acudió acompañado por una guapa moza, muy discreta ella. Lo que más nos llamó la atención es que cuando nos íbamos se cogieron del hombro y de la cintura, caminando así hasta donde habíamos aparcado los coches. ¿Quién es ella…? Porque no se lo preguntamos, dado que estábamos en otras cosas… Quizá otro día… Pero nos gusta que un lobo solitario, como Montañez, no ande solo…

La verdad es que, visto lo visto, alguien tendrá que ordenar a los dueños que poden las ramas de sus jardines, ¿no?

Imposible pasar por ahí

Dany es un vecino de sa Vileta que desde hace bastante tiempo se encuentra con un problema al que no ve solución. Y lo curioso es que dicho problema no lo crea él, ni los otros vecinos de la barriada, que también lo padecen, sino que los causantes del mismo son las zonas ajardinadas de dos casas, parece que abandonadas, o si no, casas que hace tiempo nadie pasa por ellas para cuidarlas, y de paso podar las ramas de los árboles y plantas que se han    salido del recinto invadiendo la acera y obstaculizando el paso de los viandantes que caminan por ella, con la particularidad, además, que estos, tratando de evitar las ramas invasores, al bajarse de la acera pueden ser atropellados por algún vehículo que pase por la calle. Vamos, que si esa invasión de acera la comete un bar, colocando sillas sobre ella, en menos que canta un gallo se planta la policía, pone una multa y obliga a sus dueños a quitarlas. ¿Que dónde están esas casas? Dany nos indica que una está en la calle Guàtlera, número 30, y la otra, en Pere Capellà, 4.    «Mi vecino, que es minusválido y que va en silla de ruedas, cuando llega aquí tiene que bajarse de la acera y circular por la calle… Y el otro día, una niña que iba al colegio, al bajarse de la acera obligado por las ramas invasoras, casi fue atropellada por un coche».

¿Qué hacemos?

Es evidente que las ramas son, no solo invasoras, sino que, además, son peligrosas. Ramas de plantas de dos casas que, aunque no viva nadie en ellas, deben de tener propietarios. ¿Y qué dicen estos?, preguntamos. «No dicen nada porque no vienen por aquí    –contesta Dany–. Hemos denunciado el caso a Emaya, pero nos han dicho que no es competencia suya. Hice la protesta por escrito, y me contestaron que «la petición que usted hace se considera una denuncia de viviendas con deficientes condiciones de salubridad y el canal de quejas y sugerencias    no es el adecuado para presentarla, ya que es un trámite que se ha de hacer mediante asistencia    presentada en el Registro General, bien presencialmente en cualquiera de las oficinas, bien telemáticamente en la web municipal si usted dispone de certificado digital». Vale, pero mientras tanto, las ramas siguen sobre las aceras, igual que las cajas de cartón depositadas en la acera de la calle Pere Capellà, 16, que las dejaron ahí el pasado martes 31 de mayo, y ahí están. Igualmente, me he dirigido a la Policía Local, pero tampoco me han hecho caso... ¿Entonces, qué puede hacer la persona que no sabe manejar Internet…? Lo lógico es que fuera la policía o los servicios de Emaya quiénes informaran a quién corresponda para que procediera, ¿no?, y no el ciudadano a base de emails que no van a ninguna parte, o que si van,    retrasan lo que podría solucionarse fácilmente, como se hacía antes... Como se ha hecho siempre. Además, no todos los ciudadanos tienen ordenador, ni están conectados a Internet, ni saben manejar las nuevas tecnologías… Y lo peor es que el día menos pensado puede haber un    accidente, ¿y entonces, qué? ¿Quién será el responsable…?». Pues ahí lo dejamos.

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