Es tradición en Mallorca la visita a los monumentos o casas santas que se instalan en la mayoría de iglesias y monasterios, que rivalizan en una espectacular decoración. Algunos pocos cuentan con la nevada blancura de las macetas de brulls, consideradas todo un esplendoroso arte. Por su cantidad destaca la casa santa de la iglesia de Sant Felip Neri, que se ubica en la capilla dels Dolors, que instalan los padres del oratorio Toni Cañellas, Fernando Dávila y Llorenç Fernández junto a Manuela Boiza, quien este año es la encargada del cultivo.
«Llevo años trabajando en Sant Felip Neri. En la actualidad soy la cocinera pero llegadas estas fechas me encargo de cultivar las macetas de brulls, que decoran el monumento del Jueves Santo. El pasado día 22 de marzo iniciamos la actividad con el padre Llorenç Fernández, quien puso las veces –comida para palomos– en remojo durante dos días. Luego las mezclamos en un barreño grande con serrín y un poco de tierra y fueron depositadas directamente en las sesenta macetas que permanecen colocadas en un espacio completamente oscuro, para que queden blancas, por el tema de la función clorofílica. Luego se van regando un poco con agua cada día. Este año, como en los anteriores, el cultivo va muy bien y estarán a punto para el Jueves Santo».
Cati Bauzá con sus espectaculares macetas de ‘brulls' cuyo cultivo empezó el Miércoles de Ceniza.
Las macetas con semillas recién sembradas.
En la iglesia de Santa Eulàlia de Palma, Cati Bauzá es otra veterana del cultivo de los brulls. «Comienzo a sembrarlos después del Miércoles de Ceniza. Este día se ponen a remojar las veces y pequeñas cantidades de otras semillas durante 24 horas. Luego mezclo serrín con agua, lleno las macetas y encima pongo semillas hidratadas. Las riego dos veces a la semana y he preparado dieciséis. Este cultivo se lleva a cabo siempre en un cuarto muy oscuro».