La primavera ha traído consigo no solo el renacer de la naturaleza, también ha reaparecido el fet casteller en Palma después del parón obligado por la pandemia de coronavirus y sus restricciones aparejadas. La última exhibición vista en la capital balear fue en el Parc de la Mar con motivo del Dia de la Dona de 2020. Poco después el presidente Pedro Sánchez anunció el confinamiento generalizado, y a partir de ahí llegaron meses muy difíciles para los castellers y el conjunto heterogéneo y variado de grupos y asociaciones que conforman la cultura popular en Mallorca.
Este pasado domingo, 10 de abril, se retomó el pulso de los castillos humanos en la Isla, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad según la Unesco, y volvieron a sonar los conjuntos de gralles i tabals con sus tradicionales acordes en sa Feixina. Al fin volvieron las fajas negras a ajustarse, y las camisas granates y verdes llenaron la plaza ante la mirada de los transeúntes y turistas, que estos días de abril se dejan ver ya con ímpetu en las zonas céntricas de la ciudad. Los Castellers de Mallorca y los Al·lots de Llevant compartieron espacio por primera vez en más de dos años. Fue un reencuentro emotivo y esperado, y todavía con mascarillas, algo que puede empezar a relajarse en ambientes al aire libre próximamente.
«¡Estamos muy contentos por haber vuelto a plaza! Como dijimos, empezamos de cero pero lo bueno es que tenemos más ganas que nunca! ¡Gracias a todos los que lo han hecho posible! Y a los compañeros Al·lots», escribieron los castellers palmesanos en las redes sociales, compartiendo una fotografía de un pilar de 4, el primero de la era postCOVID, y algunas estructuras netes, sin pinya.
Por su parte, los de la comarca del Llevant lograron alzar un 3 de 6 y un 4 de 6. Como ellos mismos reconocen «no ha sido la mejor actuación de nuestra historia, pero la recordaremos como una actuación histórica», la primera después de empezar a pasar página del coronavirus.