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Sordociegos aprenden a bailar bachata l El exitoso regreso de Martín Garrido

Su voluntad de aprender puede con todas las barreras que la vida ha puesto a su paso. Vedlos, sino... A fuerza de insistir y de repetir, echándole ganas y paciencia, se van haciendo con los movimientos. | Click

| Palma |

Os acordáis que hace unos días trajimos a esta página a Isabel, sordociega, que aprendía con el profesor Álvaro Anaya a tocar la guitarra, para lo cual este había organizado un pequeño tinglado a base de un juego de cascos para ella –pues aunque muy bajo, oye algo– y un micro, a través del cual él se comunica? Pues bien, Isabel no solo progresa adecuadamente en el aprendizaje de la guitarra, sino que, además, baila. O mejor, está aprendiendo a bailar bachata y salsa. Y lo hace una vez a la semana, en el estudio Coarting, de Anais Cañadas, profesora de baile con una experiencia de 12 años.

Pero Isabel no aprende a bailar sola. Comparte la clase con Jaime y Rosana, que el día que fuimos a Coarting no estaba. «En realidad –nos dice Anais–, comenzamos en octubre, con cinco bailarines, pero al final se han quedado tres, y el día que asistimos, dos «pues hoy Rosana, que es muy buena alumna, no ha asistido –apunta la profesora–. Igual que Jaime e Isabel». A fin de que se vayan metiendo en faena, durante un rato dejamos que bailen. Jaime forma pareja con Anais, mientras que Isabel lo hace con su acompañante y guía, Aixa. Así, de entrada, vemos que se desenvuelven muy bien. Poquito a poco, pero muy bien, marcando los movimientos que seguramente han memorizado.

«Ellos desean socializar, tiene ganas de estar con la gente, contactar con ella, sentir su calor… Y el baile es la mejor forma para conseguirlo –nos dice Anais, sin perder de vista a su pareja–. Tienen las mismas ganas que los demás, aunque no sus mismas capacidades, pues apenas ven y oyen, pero sus ganas de bailar superan los impedimentos. Por otra parte, como el baile es un laboratorio en el que cada uno experimenta sus movimientos, ellos, a base de coger confianza y de repetir las veces que sean necesarias, también lo hacen».

El líder y el ‘follower’

Nos cuenta la profe que a ambos se les enseña que en el baile, y más en estos en concreto, hay un líder, que es quien marca el movimiento, el que decide si dar la vuelta, o bailar de lado o de frente, mientras que el otro, el follower, se deja llevar. «En este caso, Jaime, que baila conmigo, y que ve un poquito y que oye también un poquito porque lleva audífono, es el líder. Él marca y yo sigo, mientras que Isabel es quien sigue a Aixa, que es la líder. Naturalmente, en un momento determinado hago que cambien, así Isabel pasa a ser la líder, mientras que Jaime se convierte en el que sigue. También aprenden a dar el abrazo, colocando adecuadamente las manos, ya bien mano con mano, ya bien mano en el hombro, uno, y mano en el cuello, otro. Y así, una y otra vez… En realidad, si dejas que bailen los dos juntos, lo llegan a hacer. Es más, en un mes, Jaime se apuntará a una academia de baile, en la que se va a desenvolver muy bien. Y es que, como suele ocurrir en todas partes, estés o no capacitado, pero si quieres, puedes alcanzar el objetivo que te propones. Y ellos quieren». Anais recibe a estos alumnos sordo ciegos a través de la Once.

Martín Garrido posa ante una de sus obras, con la sala repleta de público.

No deja indiferente

Martín Garrido Barón presentó su colección de cuadros en la galería Nuru, en Vía Roma. Asistió mucha gente, tanta que algunos se tuvieron que quedar en la calle, pues dentro apenas cabía nadie más. A su lado, apoyándole, sus padres, Martín y Beatriz, y muchos pintores amigos. Por cierto, el padre acababa de regresar de Madrid de presentar una obra de teatro, El rey que cazaba elefantes, con llenos diarios, lo que evidencia otra vez que no es profeta en su tierra, ya que aquí no es que no llene, es que no le dan oportunidad a que lo intente. Pero esa es otra historia...

Así que regresando al pintor, Martín, nos sorprendió con un magnífico trabajo, producto de muchas horas de soledad en su estudio… Bueno, soledad… Soledad hasta cierto punto ya que estaban él, los pinceles, los cuadros, el caballete, las pinturas, el silencio… Y nadie más. Y para un artista, todo eso facilita la creatividad, como bien quedó patente en cada una de sus telas, con la particularidad, además, de que sus trazos sobre ellas convierten su pintura en algo muy personal y distinto, tanto que a estas alturas del partido, un Garrido se reconoce fácilmente entre mil obras de otros tantos autores, lo cual significa ir por el buen camino. Sus obras podrán ser vistas hasta el próximo 11 de abril.

El apunte

Artistas con Ucrania

Si reglas...,    o cómo 7 hombres y 7 mujeres, con pareja,    le cuentan a la autora por qué son infiles a sus cónyuges. El artista Max Cartrell propone a sus colegas ayudar a Ucrania con sus obras. ¿Cómo? A través de una subasta, en la Fundació Sa Nostra, los días 28, 29, 30 y 31 de los corrientes. ¿Cómo hacerlo? A) Contactar con Max (645533285) para decirle que va a participar con una obra, que depositará donde este le diga. B) Dichas obras serán expuestas durante esos días en las paredes del citado espacio. C) Las personas interesadas en alguna de ellas, escribirán en un papel adjunto a la obra su nombre y cantidad con la que pujan, que siempre será de 100 euros, si es cuadro o escultura, o 50, si es papel o fotografía. Se iniciará la puja con 200 euros. El 31 de marzo, se llevará la obra quien más haya pujado, presentando, entre las 18.00 y las 20.00 horas, el recibo del ingreso del dinero en las cuentas de las distintas ONG que lo administrarán, y que figurarán en la exposición. También podrán retirarlas en la mañana del día siguiente, hasta las 14.00 horas. Patricia Chinchilla, que coordina el evento, anima a los artistas a que apoyen, y a que asista gente con ganas de ver, pero también de comprar arte y así colaborar con la causa.

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