Enmarcada en la Setmana de Cultura Popular i Tradicional que organiza el Ajuntament de Palma, este año dedicada a la danza popular como elemento de identidad y cohesión social, la Escola de Música i Danses de Mallorca ofreció ayer en el patio de Can Balaguer una conferencia bailada sobre la contradansa en Mallorca, baile con el que se amenizaban veladas y fiestas antes del desembarco de boleros, fandangos y jotas a finales del siglo XVIII.
La agrupación palmesana, que desde hace cerca de 15 años trabaja en la investigación y recuperación de la contradansa, de cuya presencia en la Isla tan solo quedaba constancia documental, ofreció a los asistentes un recorrido por esta danza desde sus formas originarias surgidas de los bailes campesinos de Inglaterra hasta su llegada a Mallorca entrado el siglo XVIII, ya con marcada influencia francesa y convertida en el baile de moda en parte de Europa.
Músicos y bailarines interpretaron movidas contradanses antiguas, en círculo o en línea como las que hay constancia se danzaban en las fiestas de carnaval organizadas en la casa de comedias, situada en lo que más tarde sería el Teatre Principal. Como pudo comprobar el auditorio, a diferencia de estas, las que llegaron tocando el siglo XIX (casi de forma simultánea a fandangos, jotas y boleros) y recogidas en documentos como la plagueta de partituras de los Tortells como ‘nuevas', se bailaban en cuadrilla de cuatro parejas.
A diferencia de la actualidad, las modas no eran tan efímeras, dando lugar a cierta asimilación y adaptación que resultaba en variaciones tanto en el estilo musical o en la ejecución del baile, las cuales reflejó minuciosamente Gabriel Faust Fuster en su cuaderno de baile, en base al cual la Escola de Música i Danses de Mallorca, con el asesoramiento de la especialista Maria José Ruiz Mayordomo, ha hecho posible se vuelvan a danzar estas piezas únicas y perdidas.