El acuartelamiento Jaime II del Ejército de Tierra ha acogido este fin de semana la carrera de obstáculos Spartan Race, en la que más de 2.100 atletas lo han dado todo para alcanzar la línea de meta.
«Esta es la prueba previa a la final de las series Spartan. A nivel competitivo, es muy relevante», explica el director general de Spartan España, Ángel Sanz: «Se han inscrito la mitad de deportistas que el año pasado; ahora la gente no tiene tanto miedo al contagio como a la cancelación. Es el momento de recuperar la confianza y afianzar los eventos post pandemia», concluye.
Los atletas tuvieron que enfrentarse este sábado a la Super Race, de 10 kilómetros y 25 obstáculos, en la que la velocidad, la resistencia y la habilidad técnica son claves para concluir la carrera.
La competición arrancó a las 9 de la mañana con el grupo Elite; en el masculino, los tres primeros clasificados fueron Albert Soley, Jeremie Gachet y Aníbal Fidalgo, y en el femenino, Jezabel Kremer, Ona Sociats y Jessica Velasco. «Ha sido una carrera rápida y divertida. La de Mallorca es una prueba complicada, con un terreno pedregoso, muy técnico y explosivo», expresó Soley, exhausto tras finalizar la prueba.
Hasta el mediodía, siempre en grupos de 50 personas, hubo salidas constantes. Por otro lado, hubo una notable participación internacional; según la organización, el 35 % de los participantes vienen desde distintos lugares de Europa. En cuanto a las medidas sanitarias, antes de entrar al recinto los atletas debían mostrar el certificado COVID de la UE, la pauta de vacunación, un test de antígenos o una prueba PCR, entre otros documentos posibles.
Este domingo tiene lugar la Spint Race, de 5 kilómetros y 20 obstáculos.