Septiembre es un mes propicio para las lluvias y tormentas en Mallorca, y algunas de ellas se manifiestan con un importante aparato eléctrico. Ello comporta la necesidad de tomar precauciones para evitar posibles daños, por ejemplo en los aparatos electrónicos. Además, mantener los electrodomésticos conectados a la electricidad en casa puede repercutir negativamente en la factura de la luz, un tema plenamente vigente en estos días de precios disparados.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) advierte que apagar un dispositivo no evita que siga consumiendo energía, por lo que recomiendan desenchufar el aparato de la toma de tierra para minimizar el consumo, y con ello el gasto. Resumiendo; el Stand-by también consume electricidad, en concreto cerca del 10 % de la energía total que se consume en el hogar. Para un consumo medio de 4.500 kWh al año ello se traduce en 7,5 euros al mes, según la OCU.
Ello aplica especialmente en periodos vacacionales, en los que durante un tiempo más prolongado abandonamos la residencia habitual. En esta medida opera también un principio de seguridad y prevención, más allá del ahorro potencial en el coste de la luz, que varía dependiendo de cada familia de aparatos. Por otro lado, en una zona mediterránea como la nuestra, donde la gota fría no es un fenómeno poco usual, desconectar los equipos eléctricos puede proteger contra episodios dañinos por las tormentas. Todo lo dicho debe considerarse, también, en el caso de los cargadores, tanto de smartphones como de otro tipo de aparatos, como por ejemplo un aspirador.
Un capítulo aparte lo componen las regletas de enchufes y alargadores. Todos los profesionales del sector coinciden en señalar la necesidad de adoptar una serie de normas en el uso de estos soportes para evitar sobrecargas eléctricas, e incluso incendios. Además, algunas personas dudan de la conveniencia de conectar varios alargadores entre sí.
En general no es buena idea conectar entre sí más de una regleta, o esta a varios alargadores, porque con ello se multiplica el número de dispositivos que se pueden conectar. Sin embargo la potencia del enchufe es la misma que si conectáramos solo un electrodoméstico. De este modo, acumular más potencia que la que prescribe el fabricante puede sobrecargar la red, y como consecuencia calentarse los cables y los soportes; la antesala clásica de un cortocircuito que puede culminar en un trágico incendio.