La situación en Afganistán, como a tantos otros ciudadanos comprometidos con el devenir mundial, preocupa a Michael Douglas. Sobre la delicada situación de ese país y el papel de EEUU habla el actor.
¿Qué opina de lo sucedido en Afganistán?
—Estoy devastado, como todos los demás norteamericanos. Ha sido un error catastrófico de la inteligencia. Aunque apoyo a Biden al cien por cien, sé que va a ser un golpe duro para su Presidencia. Algo que empezó Trump cuando se reunió con los talibanes y les dio licencia para hacer lo que ellos querían ha estallado en las manos del presidente Biden, pero lo increíble es que todavía no se sepa cómo vamos a evacuar a los 30.000 civiles americanos que siguen ahí. Se han ido antes los soldados que los ciudadanos, no me lo puedo creer. Ha sido un shock para todos, es algo que todavía no sabemos cómo gestionar. Ha sido una catástrofe como lo han organizado.
¿Por qué motivo este desbarajuste? ¿A quién le damos la culpa?
—Porque querían que el 11 de septiembre, cuando se cumplirán 20 años de los atentados de las Torres Gemelas, todo estuviera resuelto, sin pensar que la salida de los soldados iba a dejar el país hecho un desastre. No es el momento de señalar a nadie como culpable, pero lo que no puedo creer es que no haya habido un acuerdo entre la OTAN y EE UU. Es una humillación muy grande para mi país. Después de lo vivido durante los últimos años con la pandemia de la COVID, esto ha sido el colmo. En fin, es el momento de protegernos los unos a los otros y de no buscar culpables, porque todavía es muy temprano.
Algo podremos hacer los ciudadanos...
—Tenemos organizaciones que están en marcha por todo el mundo, la clave está en que se junten todas para defender una causa común que defienda la democracia, que está en serio peligro. En español se dice ‘Fuenteovejuna, todos a una', pues eso. Estamos en una crisis global que afecta a la enfermedad mental de los humanos y todo está saliendo a la luz. Hemos estado dieciocho meses en una opresión total, en el confinamiento y con pérdida de libertad. Dieciocho meses que han provocado que salieran a la luz muchas enfermedades mentales, depresiones brutales que incluso han afectado a grandes olímpicos incapaces de soportar la presión. Nunca habíamos vivido algo parecido en la historia contemporánea y global, no es un tópico, es algo muy preocupante lo que está sucediendo con la humanidad.
¿Cómo ayudarnos los unos a los otros?
—Hay que empezar por uno mismo, desde el centro, desde el corazón de uno mismo, ayudarse primero a uno, después a la familia y amigos, para después poder ayudar a la comunidad. Hay que hacer cosas desde el centro para afuera. No podemos esperar de los políticos que hagan todo.
¿Para qué sirven los políticos hoy?
—Para mucho, nos ayudan mucho. Mire cómo han reaccionado rápidamente con las vacunas. Puedo hablar desde el conocimiento de mi país. Las democracias están bajo amenaza, ya lo estábamos bajo la presidencia de Trump, pero nunca pudimos imaginar lo que estamos viviendo actualmente. Hay una atracción increíble hacia líderes autócratas, hacia el populismo. No podemos depender solo de los gobiernos.
¿A cuántos presidentes de su país ha conocido?
—A todos desde Ronald Reagan menos a Trump, que sí, estuvo en mi cumpleaños y el de mi esposa, que cumplimos el mismo día y quisimos celebrarlo con una gran fiesta. La orquesta era toda de mujeres, una banda fantástica, todos nos volvimos locos bailando, menos Trump. ¡No le parece raro!
¿Qué presidente podría solucionar el problema actual?
—Creo que Biden es el presidente adecuado para este tiempo que vivimos, perdió a un hijo en la guerra, y eso marca. La vicepresidenta Kamala es un misterio. Espero que lo hagan bien porque la alternativa es horrible.
¿Qué opina del poder de China?
—Hay mucha especulación, la están haciendo culpable de todo lo que ocurre en el mundo, de querer alterar el orden mundial, pero yo no estoy de acuerdo. Han crecido tanto en 30 años que da miedo que su influencia en la Ruta de la Seda vuelva a ser real. Lo cierto es que están comprando deuda en todo el mundo, y si no se les paga, van a rendir cuentas y tomarán el control. Podemos negociar con ellos y llegar a un acuerdo racional con su sistema, tan distinto del occidental, que es el nuestro. Imperios como el Romano, el español, el francés, después el inglés y el americano han caído, ahora es el turno de China. Mire, soy de un país como EEUU, un país al que todos quieren ir todavía. De China todos quieren huir, y eso me da esperanza.