Crece el hábito de seguir a youtubers que, con su dicción y arabescos vocales, provocan cosquillas cerebrales –aunque también hay quien se refiere a ello como ‘orgasmos cerebrales'–. Es una de las tendencias dominadoras en Internet, un fenómeno imparable que no conoce techo al que los neurólogos denominan Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma (ASMR). YouTube está plagado. Según fuentes de la plataforma, se cuelgan más de 500 videos por hora en los que aparecen estas siglas. Es una moda tan potente que hasta Netflix trató el asunto en la docuserie Follow This. Pero, si busca un anclaje más cercano para entender este fenómeno que consumen a diario millones de personas y tiene en jaque a los científicos, Sara Paris, una youtuber mallorquina experta en la materia, nos saca de dudas.
Doce de la noche. Alguien está recostado sobre la cama con los ojos como platos. Abre YouTube en su smartphone y se descarga el video de una joven que mira fijamente a cámara mientras desliza algo en voz baja, casi inaudible. Esa imagen, acompañada de unos sonidos un tanto bizarros, estimulan el ‘hormigueo mental' que le induce a un sueño profundo. Quien susurra mientras acaricia el micrófono y juega con figuritas de espuma y sus propias uñas es Sara Paris, experta en generar estímulos sensoriales y protagonista de videos donde nunca alza la voz.
Los efectos de la ASMR
«Empecé con el canal a principios de este año y, poco a poco, voy sumando suscriptores. Me parece increíble que gente que no conozco vea mis vídeos», confiesa. La neurociencia viene estudiando este tipo de estímulos desde los ‘70, pero ninguno de sus trabajos fue concluyente. En cambio, esta joven inexperta en la vertiente más científica de la estimulación sensorial consigue erizarnos la piel con videos caseros que cuelga en Internet. Menuda paradoja.
El caso es que el ASMR, que también tiene sus detractores, funciona. «El ASMR se percibe mejor con auriculares, te hace sentir un hormigueo muy placentero en la parte posterior de la cabeza y se te cierran los ojos casi sin querer. Se ha vuelto imprescindible en la vida de mucha gente, yo incluida, para coger el sueño rápidamente».
Precisamente, nuestra protagonista lo descubrió durante una etapa de insomnio. «Llegaba tarde a casa del trabajo y me costaba mucho quedarme dormida, así que busqué en YouTube vídeos para relajarme y apareció uno de ASMR. No sabía lo que era, pero lo puse y sus sonidos consiguieron relajarme hasta el punto que me dormí». Sin apenas darse cuenta, Sara se descubrió «haciendo ruiditos con las uñas o incluso mouth sounds», fue así como empezó a plantearse abrir un canal ASMR. «La idea estaba ahí, pero necesitaba comprar mucho material, en especial lo más importante: un buen micro. Y entonces un día mi pareja me lo regaló, entonces ya, sin más, decidí abrir un canal de YouTube y probar suerte», evoca Sara.
Hoy, no deja de sumar adhesiones, dentro y fuera de Mallorca, que favorecen el feedback con sus seguidores. «Siempre pido que dejen comentarios en mis vídeos, me gusta que me den ideas porque al final son ellos quienes los ven y a quienes les tienen que gustar. Por eso siempre intento contestar a todos sus comentarios». Algunos, incluso, le han pedido videos personalizados, a los que ella accede, «aunque estos no los subo al canal».
Fenómeno
Si algo pone de relieve el fenómeno ASMR es que los internautas ya no buscan solo entretenimiento al consumir videos. Hoy, el espectador busca contenidos terapeúticos que le ayuden a relajarse, que estimulen su vena más escapista. Con todo, cabe advertir que «hay gente a quien el ASMR le produce el efecto contrario y en vez de relajarse se pone nerviosa».
¿Hacia donde se encamina el futuro del ASMR?, ¿acabará llegando a la televisión o seguirá otras vías? Sara augura que «el ASMR será cada vez más popular, pero no creo que recale en la televisión, porque es un medio que se está quedando obsoleto, sino en redes sociales como Tiktok o Instagram, u otras plataformas como YouTube o Twitch».