La declaración del archipiélago de Cabrera como Parque Nacional ahora hace 30 años fue un sueño cumplido para los defensores del ecologismo y la conservación del medio ambiente.
Para celebrarlo, este domingo se llevó a cabo una exhibición de 13 barcos clásicos y de vela latina, algunos centenarios, llegados, la mayoría, del sur de Francia y de las costas catalanas.
Un total de 14 de las 27 naves que tenían que participar en la reunión no pudieron llegar a la Isla debido al mal tiempo vivido este fin de semana en el mar.
De hecho, el fuerte oleaje, con fuertes vientos de Gregal (noreste) estuvo a punto de truncar el curso de este reportaje al imposibilitar que la lancha de prensa llegara a la Isla desde la Colònia de Sant Jordi.
En la misma embarcación navegaba el director general d'Espais Naturals i Biodiversitat del Govern, Llorenç Mas, que se encargó personalmente de hacer y deshacer los cabos del bote a la ida del trayecto.
Mas afirmó que «hoy es un día importante porque, hasta la fecha, solo habíamos hecho actos para reivindicar la conservación marina y terrestre de Cabrera. Esta concentración de barcos antiguos es para rendir homenaje al patrimonio histórico y marítimo que ha representado la Isla desde hace siglos».
La comitiva de navegantes realizó una visita guiada por el Parque Nacional en la que se detuvieron en el museo de la Isla y en el Monument als Francesos, donde se realizaron un breve parlamento por parte de un visitante y un minuto de silencio para rendir homenaje a los cerca de 9.000 soldados galos que permanecieron presos durante las guerras napoleónicas.
Visita real
Fuentes cercanas al parque mostraron a este periódico su descontento ya que la Familia Real, que ayer visitó la Isla, realizó rutas que no están permitidas a los visitantes. Las fuentes afirmaron que este hecho no pone en peligro la conservación del archipiélago. La Casa Real habría aducido motivos de seguridad para llevar a cabo el recorrido alternativo.